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sábado, 25 de abril de 2015

El chacalito

¡Hola! Finales de mes y es tiempo de una nueva entrada en el blog. En esta ocasión tuvimos el apoyo de nuestros fans en Facebook que ahora si mandaron relatos eróticos (ya tenía rato que no sucedía :P). Recibimos dos relatos, pero solo podemos publicar uno (a menos que me pidan en comentarios otra cosa XD), por lo que decidí publicar el relato que más me gusta recibió en la página... Aunque quizás estuviera relacionado con la imagen que lo acompañaba ¬_¬

Bueno, en fin, espero que disfruten nuevamente de este relato, el cual ahora está editado para que su lectura sea más fácil ;)

El chacalito.


¡Hola! ¿Qué tal? Bueno, este es mi relato y espero que sea anónimo.

Esta experiencia sucedió con un chacalito llamado Chucho y aconteció en una feria en Tláhuac, México un 12 de octubre. Todo comenzó cuando en la noche andaba yo con un amigo en la feria. Ya era noche y me encontré a Chucho. Él estaba con varios de sus amigos y andaba tomando. Como ya era de noche decidimos ir a comprar unas chelas.

Cuando íbamos caminando hacia la camioneta de un amigo, me di cuenta de que Chucho iba mareado, así que lo abracé de la cintura y pues como que me dieron ganas y le fui metiendo poco a poco la mano que llevaba en la cintura en su pantalón hasta que la metí dentro de su bóxer y toqué sus vellos. De ahí le seguí hasta poder llegar a su pene, el cual se lo empecé a acariciar sin que se percataran sus cuates ni el mío.

Ya cuando llegamos a la camioneta nos fuimos a comprar más chelas, nos bajamos y nos quedamos a un lado de la camioneta. Al ver que nadie nos veía, nuevamente comencé a agarrarle la verga, aunque ahora por afuera del pantalón. Se la sobaba, se la apretaba, etcétera. Yo pensé que a pesar de ya estar borracho él me iba a decir algo, pero ¡oh, sorpresa! No. El chiste es que al ver que él no decía nada le pregunté si se la podía mamar y me dijo que sí, pero que después.

Pasando media hora nos fuimos a una calle atrás de la vinatería y empezamos a platicar todos. El chiste es que después de un rato solo quedamos cuatro compas incluido él y pues al ver que los otros dos estaban tan entretenidos me pidió que lo acompañara por un cigarro y le dije que sí. En el camino le volví a preguntar que si se la mamaba y él me contestó que sí. Nos fuimos a la calle que seguía y pues era de noche y yo tenía medio de que pasara gente, pero estaba realmente excitado y pues bueno, se la empecé a agarrar por afuera del pantalón y después le bajé el cierre y metí mi mano. Sentí como se le paró la verga, así que le desabroché el pantalón por completo y le bajé el bóxer.

¡Oh, sorpresa! No estaba grande pero sí apetecible y ¡woah!, que se la empiezo a mamar, mamar, mamar. Sé que a él le gustaba, porque como que gemía y me empujaba la cabeza contra su verga para que me la comiera toda y sentía como que me ahogaba.

Llegué al punto en que le pregunté si me la metía y él respondió que sí. No lo pensé dos veces. Él me volteó y me bajó el pantalón y el bóxer y que me la mete de un madrazo. La verdad me dolió, no grité porque estábamos en la calle, pero era un dolor riquísimo. El chiste es que me gustó. Bueno, después de un rato la sacó y me dijo "ya vámonos porque nos han de andar buscando". Y pues ni modo. Yo le dije también "vámonos".

Cuando llegamos a la camioneta ya no estaban los otros, nos habían ido a buscar. Nos subimos a la camioneta y Chucho se sacó la verga y me dijo "síguele mamando para que te comas mis mocos". Je, je, je. No iba a desperdiciar la oportunidad, así que se la mamé mientras él gemía de gusto. Sin embargo, Chucho no alcanzó a venirse, pues se dio cuenta de que venían sus cuates y me dijo "aguas, que ahí vienen" y pues rápido que se sube y se mete su verga excitada dentro del pantalón.

La verdad yo quedé excitado de esa vez, hasta que se me hizo que me cogiera bien y me comiera sus mocos y todo eso, pero eso ya es otra historia que contaré después.

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