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domingo, 22 de junio de 2014

Con el primo que no había visto

Bueno, he decidido agregar una nueva clase de relato erótico al blog. Esto no serán relatos que yo he escrito ni que me haya encontrado por internet, sino serán los relatos que lleguemos a recibir en la página de Facebook. Así, aunque espero que esta sección se actualice cada mes como los otros dos tipos de relatos, todo dependerá de nuestros seguidores en Facebook.

Y bueno, para inaugurar esta sección, ¿qué mejor que el primer relato que recibimos en la página de Facebook? Quienes lo hayan visto publicado en la página habrán visto que no estaba muy bien escrito, así que me tomé la libertad de editarlo para que puedan disfrutarlo más ;)

-o-o-o-

¡Hola! No soy muy bueno escribiendo, pero espero que publiquen esto y les guste a todos.

Alguna vez cuando salí con mis amigos a divertirme, al revisar mi teléfono vi con sorpresa un mensaje de un primo al cual tenía mucho tiempo de no verlo. El mensaje decía más o menos así:

"Primo, estoy aquí en Aguascalientes. ¿A dónde invitas?".

A leer ese mensaje inmediatamente respondí:

"Ando de fiesta. Dime dónde estás y voy por ti, primo".

Después de eso él me respondió dándome su ubicación y mis dos amigos y yo nos dirigimos a dicho lugar. Al llegar no creía lo que estaba viendo. Mi primo ya no era el mismo adolescente que había dejado de ver, en ese momento tenía una abundante y sexi barba que enmarcaba su blanco rostro; la forma de candado hacía lucir aún más esos labios rosas y carnudos. Por otro lado, sus ojos grandes y de color zafiro que cautivaban y combinaban perfectamente con sus anchas cejas y su cabello negro. Además, también contaba con una sexi figura que resaltaba bajo una ajustada camisa de color blanco, la cual estaba desabotonada a la altura de su pecho y dejaba entrever los abundantes vellos que le circulaban hasta el torso; y sus pantalones blancos y ajustados.

Cuando mi primo me saludó me dio un fuerte abrazo que me permitió sentir su bulto. Lo llevamos a la fiesta, y mientras bailaba con una amiga sentía su mirada fija y vigilante lo cual no me molestaba. De hecho, después lo vi bailando con una chica, pero en lugar de socializar con ella él solo me miraba cada que podía, con lo cual nuestras miradas se cruzaron en múltiples ocasiones.

Al pasar un buen rato, decidí que era hora de irme a casa pues ya me sentía cansado. Él se ofreció a llevarme así que acepté. Al llegar a mi casa lo invité a pasar pues en medio de la fiesta no habíamos podido platicar debido al ruido. Mientras él me contaba sobre todos los lugares que había visitado yo no podía despegar mis ojos de sus labios, pero sin escuchar nada de lo que decía. Solo podía concentrarme en el movimiento de esos maravillosos labios.

Tras un buen rato de plática le ofrecí algo de tomar. Cuando le di la bebida sin querer la derramé sobre él. Recuerdo que sí me dio mucha pena, pero no podía dejar de ver su bulto que se marcó perfectamente con su ropa mojada. Sin más lo empecé a limpiar, y estaba en eso cuando él me soltó un beso que aún no olvido. Me costó trabajo reacciones, pero tras un instante reaccioné y le correspondí el beso.

Mientras nos besábamos él fue desabrochando lentamente mi camisa, para después bajar sus labios hacia mi cuello mientras me decía que había esperado mucho tiempo para aquello y no desaprovecharía la oportunidad. Yo sin palabras solo disfrutaba el momento, pasando a deleitarme con el sabor de su cuerpo de pies a cabeza.

Cuando llegué a su cintura desabroché desesperadamente su pantalón para poder ver lo que tanto quería y ¡oh, sorpresa! Me encontré con veintiún centímetros de un rico pene gordo y venoso con la cabeza ancha que apenas y cabía en mi boca. Aun así, de manera sorprendente logré chuparlo y chuparlo mientras aquello se ponía más y más duro. Su glande destilaba una miel trasparente y de exquisito sabor que me comí con ganas.

Desenfrenadamente llevé a mi primo hasta mi cama, y mientras nos besábamos ricamente sentía como su mano entraba en mis nalgas y su dedo húmedo trataba de entrar en mi orto. Después de recorrer mi cuerpo con sus labios levantó mis piernas y sentí como su lengua lubricaba mi agujero anal mientras ambos jadeábamos de placer.

Sin ninguna duda le dije que lo quería sentir dentro de mí y él complacientemente se colocó entre mis piernas y lenta pero ricamente fue metiendo su pene. Al principio me dolió, pero después con el frote se fue convirtiendo en un placer extremo y entre el roce del mete y saca. No hubo palabras, solo gritos y demostraciones de un éxtasis tan grande que pude sentir cuando estaba a punto de chorrearse y le dije que quería probar su rica lechita calientita, así que salió de mi recto y me puso su verga en la boca para después soltar sus líquidos seminales sobre mi lengua.

Cuanto terminó de venirse disfrutamos los dos de su leche besándonos. Esa noche durmió conmigo y lo que pasó al despertar será motivo de otra historia.

Gracias por el espacio. Espero ver publicada mi historia. Y nuevamente gracias.

-o-o-o-

Bueno, y esa fue la historia que nos mandó uno de nuestros seguidores en Facebook. ¿A quién no le gustaría tener un primo así? A ver si nos lo comparte al menos por un rato, no :P

domingo, 15 de junio de 2014

domingo, 1 de junio de 2014