Aquí encontrarán mis relatos eróticos, así como algunos otros que he encontrado por internet y me han fascinado.
Advertencia
El contenido de este blog es de relatos homoeróticos (relaciones hombre-hombre) que incluyen sexo explícito. Si te disgusta este tipo de contenido o no tienes la edad para visualizarlo, te pido que abandones la página.
También si ves contenido en esta página que te pertenece y no quieres que aparezca en este lugar, te pido que te pongas en contacto conmigo para eliminar el contenido y no afecte al resto de la página.
También si ves contenido en esta página que te pertenece y no quieres que aparezca en este lugar, te pido que te pongas en contacto conmigo para eliminar el contenido y no afecte al resto de la página.
jueves, 25 de diciembre de 2014
Presentando a Rafael Alencar
¡Hola a todos! Espero que estén pasando una estupenda jornada navideña. Y como el que sea Navidad no quiere decir que no trabajemos por aquí, aquí les traigo el contenido de finales de este mes. Me hubiera gustado que fuera un relato o más fotos de nuestros seguidores en Facebook, pero ninguno se animó. U.U Sin embargo, decidí entonces hacerle caso a una recomendación sobre agregar videos al blog, así que hoy por navidad tenemos un video porno que espero que disfruten. Es un video con Rafael Alencar, el cual fue el actor más mencionado cuando hace un mes pregunté en Facebook quién era su actor porno favorito.
He de confesar que yo no conocía a este actor antes de que me lo mencionaran en Facebook. Honestamente, he de decir que no se me hace guapo (honestamente prefiero a su compañero en este video), pero definitivamente lo que sí me gusta de él son las expresiones que pone al tener sexo. Los gestos que hace mientras le está chupando el culo a Matan Shalev son espléndidas. Es la clase de expresiones que me gusta ver en el rostro de mi novio cuando tenemos relaciones. :P Así que sí bien no es mi tipo, he de decir que Rafael se merece un diez por esas caras ;)
lunes, 15 de diciembre de 2014
Bastardo con suerte
¡Hola a todos! Nuevamente llegamos a mediados de mes y es tiempo de publicar otro relato de mi autoría. Y como será el último relato mío del año, he decidido que tenía que seleccionar algo bueno. Aquí se los presentó:
Aquí estuvo el relato de este mes. ¿Les gustó? A mí me gusta mucho. A pesar de ser corto la verdad es que me excita mucho la situación que presenté en él. Lástima que solo sea una fantasía U.U Sin embargo, eso no quita que me prende mucho, así como espero que lo prendan a ustedes.
Si ustedes ubican cuál es la banda de la que hablo (porque está basado en una banda real), por favor, recuerden que fue solo una fantasía. Sí, los chavos están bien guapos, pero aunque conocí a uno de ellos en persona jamás pasó nada. No quiero problemas de acoso o algo por el estilo, ¿okey? :P
Bastardo con
suerte
La fiesta se encontraba bastante prendida. Sin duda alguna la banda
que habían contratado aquel día había resultado una buena
elección. Sabían tocar bastante bien y había que reconocer que los
tres chicos atraían bastante las miradas de las mujeres presentes en
la fiesta, especialmente el bajista y el guitarrista. Ambos eran de
estatura mediana, de piel y cabellos claros y facciones afiladas,
ambos delgados y bastante parecidos. Seguramente eran parientes, ya
que la forma de diferenciarlos realmente era que el guitarrista tenía
el cabello largo, suelto hasta la espalda mientras que el bajista lo
tenía corto y peinado como una mohicana.
—Bien ha llegado el momento de tomarnos un descanso —anunció
uno de los Bastardos, que era
el nombre de la banda.
El público replicó un poco, pero
la verdad es que la mayoría eran conscientes de que la banda se
merecía un descanso. Llevaba casi dos horas tocando sin parar y aún
les faltaba mucho tiempo por delante.
—Voy al baño —anuncié
a mis amigos antes de dejar mi bebida sobre la mesa en la que nos
encontrábamos; algo ligero, solo un poco de vodka con jugo de uva.
Sin embargo, aparentemente todo lo que había tomado ya había
comenzado a recorrer mi organismo, aunque aún no me sentía mal.
Quizás se debiera a que había estado alternando el tomar con el
baile.
Llegué al baño del lugar donde nos
encontrábamos, el cual se hallaba vacío y me dirigí inmediatamente
a los urinarios. Elegí el más lejano, me bajé el cierre y saqué a
mi amiguito para que pudiera desahogarse. Mi orina salió en un
chorro poderoso con el que me puse a jugar intentando apuntar a un
pequeño punto rojo que se encontraba en el urinario. Me pregunté a
quién se le habría ocurrido poner un punto como aquél en ese
lugar. Apostaba que no era el único que se divertía de esa manera.
Quizás eso explicaría porque el baño seguía limpio aunque ya
había varios tipos ebrios en la fiesta.
La puerta del baño se abrió
mientras mi chorro de orín se detenía. Por fin mi vejiga había
quedado liberada. Me dispuse a sacudir a mi pequeño amiguito para
asegurarme de que
ninguna gota de líquido quedaba dentro cuando la persona que había
entrado ocupó el urinario que se encontraba justamente al lado del
mío. Yo me saqué de onda. Había otros cuatro urinarios libres,
¿por qué escoger ése?
Volteé a ver de manera discreta
mientras sacudía mi pene y me di cuenta de
que se trataba del bajista de
los Bastardos, el cual
no se dio cuenta de que lo volteé a ver porque se encontraba muy
entretenido viendo como sacudía mi verga.
Mi pene comenzó a reaccionar
inmediatamente. El chico me parecía atractivo y aparentemente estaba
buscando algo que con mucho gusto podía darle. Cuando mi polla
estuvo semierecta él me volteó a ver directamente a la cara.
—¿Te gusta? —le
pregunté comenzando
a masturbarme propiamente.
—Me encantaría tenerla dentro de
mí —me
respondió con voz varonil estirando
su mano para agarrar mi pene.
Aquello era lo más excitante del
asunto. A pesar de que de cerca podías observar que las facciones
del chico eran bastante delicadas, nadie hubiera dicho que se trataba
de un marica. El chico era machín en su forma de caminar,
comportarse y de hablar.
Comenzó a masturbarme con fuerza.
Normalmente no me gustaba que lo hicieran así, pero ver su pálido
brazo, con la manera en que su mano de piel clara contrastaba con mi
amiguito moreno me resultó hasta cierto punto placentero.
—Ven —me
dijo jalándome
por el pene hacia el inodoro ubicado en el rincón más alejado del
baño—.
Tenemos veinte minutos hasta que tenga que volver a subir a tocar.
Veinte minutos me parecían muy poco
tiempo. Pero lo mejor sería aprovechar la oportunidad. Quizás si le
gustaba lo que le hacía decidiría que nos viéramos después con
más calma.
Apenas entramos al cubículo donde
estaba el inodoro y cerramos la puerta, el bajista se desabrochó el
pantalón y se lo bajó mientras me daba la espalda. Quedé asombrado
con aquel blanco trasero peludito que se mostraba ante mí. Había
soñado muchas veces con encontrar un trasero así. Bueno, en mis
ensoñaciones el tipo solía tener más carne en el lugar (la verdad
el bajista de los Bastardos
no estaba muy nalgón), pero incluso
así se veía increíblemente bien.
—Métemelo —me
dijo el chico mientras se inclinaba un poco.
—Espera, espera —le
respondí
mientras me sentaba sobre el inodoro y ponía mis manos sobre aquel
culo magnífico—.
Tienes un culo demasiado bueno como para desperdiciarlo.
Ahí sentado mi cara quedaba a la
altura precisa para lo que pretendía. Acerqué mi rostro a aquel
culo y lo hundí justamente en la raya que dividía ambas nalgas, mi
nariz rozando aquel pequeño agujero que parecía abrirse hambriento.
El chico bajista soltó un ligero suspiro cuando la punta de mi nariz
hizo contacto con su ano, mientras que yo inhalaba el embriagador
aroma que había entre los pelos que rodeaban aquella parte de su
anatomía.
Usé mi lengua para recorrer toda su
raya, desde detrás de sus testículos, pasando por su delicado
agujero hasta llegar al lugar donde terminaba su columna vertebral.
Mientras tanto, mis manos acariciaban las piernas velludas del
Bastardo, las cuales
estaban en una excelente condición.
Volví con mi lengua a su pequeño
hoyo y comencé a lengüear la zona. El chico comenzó a gemir con
fuerza mientras yo disfrutaba del sabor que tenía. Tenía un sabor
ligeramente salado, seguramente resultado del sudor que se había
acumulado en la zona después de la tocada que había tenido lugar.
Mi lengua pasaba por los bordes de su agujero, el cual se abría
hambriento.
—¡Qué bonito agujero tienes! —le
dije dándole
una suave nalgada.
—Ya métemelo,
por favor —me
rogó con algo de desesperación.
—Te voy a meter, pero otra cosa
—le
contesté
mientras volvía a poner mi rostro contra mi trasero.
Ahora mi lengua no se contentó con
rozar el agujero, sino que se perdió en él. No me costó gran
trabajo meter mi lengua en su interior, ya que el pequeño agujero
del amigo parecía estar entrenado para algo así. Él mismo lo abría
permitiendo el paso de mi lengua para
saborear el lugar, el cual
afortunadamente se encontraba limpio.
Me mantuve un rato así, hasta que
sacié mi propio deseo y consideré que ya había pasado algo de
tiempo. Desafortunadamente teníamos tiempo limitado, me recordé.
Así que saqué mi inseparable condonera, abrí el condón con
cuidado y lo coloqué sobre mi pene mientras me acomodaba detrás del
Bastardo.
—¿Listo? —le
pregunté colocando
la cabeza de mi pene en la entrada de su ano.
Por toda respuesta él hizo un
movimiento hacia atrás, con lo cual su ano hambriento se tragó mi
pene. La sensación era indescriptible, ya que era como si estuviera
metiendo mi pene a toda velocidad en aquel agujero, además de que
era superexcitante observar como aquel trasero blanco se acercaba a
una buena velocidad a mí, hasta chocar contra mis caderas.
—¡Oh, qué bien! —exclamó
él aparentemente
satisfecho al tener su agujero lleno de mi polla.
Me dio un ligero apretón con los
músculos de su recto, con lo cual me sentí increíblemente bien.
Además, comenzó a mover suavemente sus caderas dándome un masaje
excelente.
—¿Te gusta? —me
preguntó con voz provocativa.
—Te voy a dar como nadie te ha
dado —le
dije mientras agarraba su cabello y obligaba a su cabeza a recargarse
contra el muro.
En esa posición su trasero quedó
más paradito, con lo cual la vista resultó insuperable. Empecé a
mover mis caderas hacia adelante y hacia atrás, con lo cual mi pene
comenzó a salir y a entrar de manera intermitente en su culito. El
Bastardo solo se quejaba suavemente, daba gemidos que me daban a
entender que le encantaba tener una buena verga dentro de su recto.
La velocidad de mi mete y saca fue
aumentando mientras le metía una mano debajo a mi compañero en
aquellos momentos. Tomé su pito entre mis manos y lo tenía
totalmente duro. Tenía un buen tamaño, de aproximadamente
diecisiete centímetros.
—Con este pedazo de carne la
harías muy bien de activo —le
dije al oído repegando todo mi cuerpo contra él pero sin dejar de
meterle y sacarle mi pene.
—Prefiero sentir el culo lleno con
el pedazo de otros —me
contestó con aquella voz varonil mientras ladeaba la cabeza para que
ambos nos besáramos.
Era algo complicado, pero
conseguimos que nuestras lenguas comenzaran a luchar la una contra la
otra, acariciándose salvajemente en un juego que a ambos nos
gustaba. Comencé a masturbarlo con fuerza, apretando entre mis dedos
su tronco y su glande, recorriendo su prepucio hacia atrás y hacia
delante con un dedo mientras el grueso de mi mano masajeaba todo su
tronco. Estuvimos así un rato, pero todo lo bueno tiene que acabar
en algún momento.
—¡No ma, me vengo, me vengo!
—exclamó
él mientras apretaba los ojos y no solo eso.
Empecé a darle más duro cuando
dijo eso. La
verdad es que su ano contrayéndose por los espasmos de su orgasmo
mientras le metía y sacaba el pito me dieron el mayor placer que
había experimentado en la vida. Me vine poco después de que él
sacara sus chorros de esperma, los cuales en su mayoría fueron a
chocar con fuerza contra la pared, aunque algunas gotas se
escurrieron por su pene y de ahí a mi mano.
Me recargué un poco sobre él
dejándole mi pene dentro un pequeño momento. Me encantaba el tacto
de su piel, al igual que su olor. Además, también era increíble la
textura de su pene mientras iba perdiendo fuerza poco a poco. No pude
evitar apretárselo mientras iba perdiendo la erección.
—¡Fue fantástico! —le
dije besándole
el cuello.
—Genial —coincidió
él—.
Es una lástima que tenga que ir a tocar y no podamos darnos la
segunda ronda.
—¿Habrá otro descanso, no? —le
dije yo comenzando
a sacarle mi pene con cuidado de su culito. Además, la simple visión
de mi herramienta saliendo de aquel culito blanco y peludito era
digna de contemplarse.
—Supongo que tienes razón
—coincidió
él mientras se daba la vuelta y me besaba.
Definitivamente no podría aguantar
a que el siguiente descanso de la banda llegara.
~~~
Aquí estuvo el relato de este mes. ¿Les gustó? A mí me gusta mucho. A pesar de ser corto la verdad es que me excita mucho la situación que presenté en él. Lástima que solo sea una fantasía U.U Sin embargo, eso no quita que me prende mucho, así como espero que lo prendan a ustedes.
Si ustedes ubican cuál es la banda de la que hablo (porque está basado en una banda real), por favor, recuerden que fue solo una fantasía. Sí, los chavos están bien guapos, pero aunque conocí a uno de ellos en persona jamás pasó nada. No quiero problemas de acoso o algo por el estilo, ¿okey? :P
viernes, 5 de diciembre de 2014
Mi primera vez en el vapor.
5 de diciembre y como cada mes iniciamos con un relato ajeno. Espero les guste, porque a mí me gustó mucho la primera vez que lo leí hace años.
Esto que les voy a contar sucedió hace algún tiempo. Había ido a la ciudad de México a arreglar un asunto, cosa que hice rápidamente, así que me quedaba mucho tiempo antes de regresar a mi lugar de origen. Ese tiempo lo aproveché para visitar algunos centros de interés cultural.
Después de algunas horas de andar de aquí para allá mi cuerpo me pedía a gritos un momento de reposo, así que me dirigí a un parque para poder descansar un rato. Cuando al intentar cruzar la calle me percaté de que del otro lado se encontraban unos baños públicos con servicio de vapor me dirigí hacia allá sin pensarlo mucho. Al entrar me atendieron un señor entrado en años y un muchacho alto, delgado, como de 25 años. Muy amablemente me preguntaron qué servicio deseaba y yo solicité un privado. En seguida me cobraron. Entonces el muchacho se ofreció a acompañarme al privado que me asignaron.
En el trayecto me preguntó si deseaba algo de tomar, a lo cual asentí con la cabeza y le pedí que me trajera una cerveza bien fría. Llegamos al lugar y me abrió la puerta diciéndome "en seguida le traigo su cerveza". Me metí al privado, me quité la ropa y solo me enredé una toalla en la cintura. Al centro del privado se encontraba una plancha de concreto, la cual supuse que se utilizaba para que los clientes descansaran.
Estaba colocando mis pertenencias en un pequeño locker cuando tocaron a la puerta, abrí y ahí estaa aquel muchacho con mi cerveza. La tomé y antes de que me volviera él me dijo:
—¿Quieres que te dé un masaje?
Yo un poco titubeante le respondí que no, pero él insistió diciéndome que el masaje era gratis. Ante tal oferta no pude negarme y acepté. Entonces se acercó a mí diciéndome:
No cierres por dentro, nada más voy por algunas cosas y regreso. Mientras ponte cómodo, ahorita vuelvo.
Tranquilamente me tomé mi cerveza y me recosté sobre la plancha para descansar un poco. Minutos después abrieron la puerta y cerraron por dentro. Yo me levanté y mi sorpresa fue que no solamente era él, sino que venía acompañado por otro muchacho de su misma edad. En ese momento me dijo:
—No te preocupes, es un compañero y viene para ayudarme.
Se presentaron, el chico que me atendió dijo llamarse Juan y su acompañante Arturo, que la verdad sea dicha era muy atractivo. Juan me dijo:
—Nos vamos a poner cómodos.
Y acto seguido empezaron a quitarse la ropa hasta quedar solo en calzoncillos. De esa forma pude admirar sus bien formados cuerpos y unos enormes paquetes debajo de sus calzoncillos. Me pidieron que me recostara boca abajo sobre la plancha para que me dieran un rico masaje. Juan se paró a la altura de mi cintura mientras Arturo lo hacía donde se encontraba mi cabeza y comenzaron, Juan masajeándome la espalda y mi cintura mientras Arturo lo hacía con mi cabeza, cuello y hombros. Eran unos expertos, ya que tocaban partes muy sensibles y esto me calentó muchísimo al grado de tener una erección por la posición en que estaba.
Solo podía ver un poco a Juan y noté que su verga había crecido: parecía una fiera queriendo salir de su prisión. Intencionalmente moví mi mano derecha y alcancé a tocar ese enorme bulto que para entonces estaba completamente duro. Como pude bajé un poco el calzoncillo y saltó una enorme tranca como de dieciocho centímetros, grande y cabezona, la cual tomé con mi mano y empecé a acariciar desde el glande hasta los huevos. Entonces Juan de un tirón retiró la toalla que me cubría y empezó a acariciarme las nalgas y pasando sus dedos por mi rayita buscaba la entrada de mi culo. Mientras tanto, Arturo había dejado de masajear mi cuello, lo cual me extrañó y al volver la cabeza no pude creer lo que estaba viendo. Arturo se había bajado los calzoncillos y junto a mi cara estaba una enorme pinga que realmente rebasaba los veinte centímetros, gruesa y cabezona. Con la otra mano agarré aquel pedazo de carne y con un pequeño movimiento hice que Arturo se acercara un poco más. Cuando la tuve a mi alcance no pude resistir y comencé a besar su enorme glande. Entonces Arturo me dijo:
—¡Cómetela, pinche putito!
Abrí la boca lo más que pude y él trató de metérmela, pero solo pudo entrar una parte por lo grande y gruesa que la tenía. Juan hurgaba entre mis nalgas buscando mi hoyito y metiendo uno de sus enormes dedos en mi culo, lo cual me causó un gran dolor. Quise gritar pero la verga de Arturo en mi boca me lo impedía. Así estuvo unos momentos y luego fueron dos dedos los que Juan tenía dentro de mí. Metia y sacaba sus dedos hasta que mi esfínter quedó dilatado. Entonces pararon para acomodarse de tal manera que Juan pudiera ensartarme con su enorme lanza mientras yo le proporcionaba a Arturo una rica mamada.
De pronto sentí cómo Juan lubricaba con saliva mi ano y al momento sentí algo duro a la entrada de mi cueva y lentamente Juan fue embistiendo hasta alojar la cabeza de su pito dentro de mí. Sentí que me partía en dos y quise zafarme, pero Juan se aferró de mí fuertemente. El dolor era tan inmenso que hasta unas lágrimas rodaron por mis mejillas. Quería gritar pero la verga de Arturo en mi boca me lo impedía.
Cuando mi esfínter se acomodó a esa enorme cabeza, Juan dio una embestida más fuerte hasta alojar toda su barra candente dentro de mí. Sentí cómo empezó a bombear lentamente. El dolor iba desapareciendo poco a poco hasta convertirse en un inmenso placer, ese placer de tener dos ricos caramelos dentro de mí. Juan aceleró sus movimientos y supe que eso indicaba que pronto terminaría. Así fue, descargó dentro de mí torrentes de leche caliente que quemaban mis entrañas al tiempo que Arturo llenaba mi garganta de rica leche, la cual tragué hasta la última gota mientras yo también me venía a chorros sin siquiera tocarme.
Luego cambiaron de posición. Arturo quiso que lo cabalgara y Juan que se la mamara. Así estuvimos, yo cabalgando a Arturo y mamándosela a Juan, hasta que terminaron nuevamente.
Después de bañarnos se despidieron con una gran sonrisa y diciendo:
—¡Qué rico lo haces!
Esperé un poco más para descansar, luego salí de ahí con el culo adolorido, pero feliz de haber vivido una experiencia como esa.
Bueno, ahí estuvo el relato de este mes. Fue publicado originalmente en la revista Atracción Para Hombres No. 182 en diciembre del 2007. ¿Alguna vez conocieron esa revista? A mí me encantaba. Era la única que podía conseguir seguidamente y sin interrupciones. Además, contenía buenos relatos como el que les muestro aquí y también buenas imágenes, pero también incluía información interesante sobre muchos aspectos de la vida gay. La verdad sentí muy feo cuando dejó de salir. No hay ninguna publicación que pueda llenar el hueco que dejó en mi vida.
Pero bueno, afortunadamente llegué a recolectar un buen número de estas revistas antes de que dejaran de salir y las poseo como un recuerdo de esa época. Este relato en especial quise compartirlos hoy porque creo que es algo muy excitante, ¿no les parece? A mí me llevaron a vapores un par de ocasiones y la verdad me gustaba mucho hacerlo entre el vapor. Y me excita mucho la idea de que cuando menos lo esperas te llegué la oportunidad de tener sexo. ¿A poco no?
¿Han tenido experiencias así? ¿Por qué no nos las comparten a través de nuestra página de Facebook? Vamos, necesitamos material para compartir con los seguidores y para postear a finales de mes por aquí.
Por cierto, he de decir que aunque fue cansado copiar este relato de la revista a la computadora, la verdad es que la edición no costó nada de trabajo. Solo necesitó de cambios menores, porque el original (si alguna vez pueden verlo o lo vieron) estaba muy bien escrito.
Mi primera vez en el vapor.
Esto que les voy a contar sucedió hace algún tiempo. Había ido a la ciudad de México a arreglar un asunto, cosa que hice rápidamente, así que me quedaba mucho tiempo antes de regresar a mi lugar de origen. Ese tiempo lo aproveché para visitar algunos centros de interés cultural.
Después de algunas horas de andar de aquí para allá mi cuerpo me pedía a gritos un momento de reposo, así que me dirigí a un parque para poder descansar un rato. Cuando al intentar cruzar la calle me percaté de que del otro lado se encontraban unos baños públicos con servicio de vapor me dirigí hacia allá sin pensarlo mucho. Al entrar me atendieron un señor entrado en años y un muchacho alto, delgado, como de 25 años. Muy amablemente me preguntaron qué servicio deseaba y yo solicité un privado. En seguida me cobraron. Entonces el muchacho se ofreció a acompañarme al privado que me asignaron.
En el trayecto me preguntó si deseaba algo de tomar, a lo cual asentí con la cabeza y le pedí que me trajera una cerveza bien fría. Llegamos al lugar y me abrió la puerta diciéndome "en seguida le traigo su cerveza". Me metí al privado, me quité la ropa y solo me enredé una toalla en la cintura. Al centro del privado se encontraba una plancha de concreto, la cual supuse que se utilizaba para que los clientes descansaran.
Estaba colocando mis pertenencias en un pequeño locker cuando tocaron a la puerta, abrí y ahí estaa aquel muchacho con mi cerveza. La tomé y antes de que me volviera él me dijo:
—¿Quieres que te dé un masaje?
Yo un poco titubeante le respondí que no, pero él insistió diciéndome que el masaje era gratis. Ante tal oferta no pude negarme y acepté. Entonces se acercó a mí diciéndome:
No cierres por dentro, nada más voy por algunas cosas y regreso. Mientras ponte cómodo, ahorita vuelvo.
Tranquilamente me tomé mi cerveza y me recosté sobre la plancha para descansar un poco. Minutos después abrieron la puerta y cerraron por dentro. Yo me levanté y mi sorpresa fue que no solamente era él, sino que venía acompañado por otro muchacho de su misma edad. En ese momento me dijo:
—No te preocupes, es un compañero y viene para ayudarme.
Se presentaron, el chico que me atendió dijo llamarse Juan y su acompañante Arturo, que la verdad sea dicha era muy atractivo. Juan me dijo:
—Nos vamos a poner cómodos.
Y acto seguido empezaron a quitarse la ropa hasta quedar solo en calzoncillos. De esa forma pude admirar sus bien formados cuerpos y unos enormes paquetes debajo de sus calzoncillos. Me pidieron que me recostara boca abajo sobre la plancha para que me dieran un rico masaje. Juan se paró a la altura de mi cintura mientras Arturo lo hacía donde se encontraba mi cabeza y comenzaron, Juan masajeándome la espalda y mi cintura mientras Arturo lo hacía con mi cabeza, cuello y hombros. Eran unos expertos, ya que tocaban partes muy sensibles y esto me calentó muchísimo al grado de tener una erección por la posición en que estaba.
Solo podía ver un poco a Juan y noté que su verga había crecido: parecía una fiera queriendo salir de su prisión. Intencionalmente moví mi mano derecha y alcancé a tocar ese enorme bulto que para entonces estaba completamente duro. Como pude bajé un poco el calzoncillo y saltó una enorme tranca como de dieciocho centímetros, grande y cabezona, la cual tomé con mi mano y empecé a acariciar desde el glande hasta los huevos. Entonces Juan de un tirón retiró la toalla que me cubría y empezó a acariciarme las nalgas y pasando sus dedos por mi rayita buscaba la entrada de mi culo. Mientras tanto, Arturo había dejado de masajear mi cuello, lo cual me extrañó y al volver la cabeza no pude creer lo que estaba viendo. Arturo se había bajado los calzoncillos y junto a mi cara estaba una enorme pinga que realmente rebasaba los veinte centímetros, gruesa y cabezona. Con la otra mano agarré aquel pedazo de carne y con un pequeño movimiento hice que Arturo se acercara un poco más. Cuando la tuve a mi alcance no pude resistir y comencé a besar su enorme glande. Entonces Arturo me dijo:
—¡Cómetela, pinche putito!
Abrí la boca lo más que pude y él trató de metérmela, pero solo pudo entrar una parte por lo grande y gruesa que la tenía. Juan hurgaba entre mis nalgas buscando mi hoyito y metiendo uno de sus enormes dedos en mi culo, lo cual me causó un gran dolor. Quise gritar pero la verga de Arturo en mi boca me lo impedía. Así estuvo unos momentos y luego fueron dos dedos los que Juan tenía dentro de mí. Metia y sacaba sus dedos hasta que mi esfínter quedó dilatado. Entonces pararon para acomodarse de tal manera que Juan pudiera ensartarme con su enorme lanza mientras yo le proporcionaba a Arturo una rica mamada.
De pronto sentí cómo Juan lubricaba con saliva mi ano y al momento sentí algo duro a la entrada de mi cueva y lentamente Juan fue embistiendo hasta alojar la cabeza de su pito dentro de mí. Sentí que me partía en dos y quise zafarme, pero Juan se aferró de mí fuertemente. El dolor era tan inmenso que hasta unas lágrimas rodaron por mis mejillas. Quería gritar pero la verga de Arturo en mi boca me lo impedía.
Cuando mi esfínter se acomodó a esa enorme cabeza, Juan dio una embestida más fuerte hasta alojar toda su barra candente dentro de mí. Sentí cómo empezó a bombear lentamente. El dolor iba desapareciendo poco a poco hasta convertirse en un inmenso placer, ese placer de tener dos ricos caramelos dentro de mí. Juan aceleró sus movimientos y supe que eso indicaba que pronto terminaría. Así fue, descargó dentro de mí torrentes de leche caliente que quemaban mis entrañas al tiempo que Arturo llenaba mi garganta de rica leche, la cual tragué hasta la última gota mientras yo también me venía a chorros sin siquiera tocarme.
Luego cambiaron de posición. Arturo quiso que lo cabalgara y Juan que se la mamara. Así estuvimos, yo cabalgando a Arturo y mamándosela a Juan, hasta que terminaron nuevamente.
Después de bañarnos se despidieron con una gran sonrisa y diciendo:
—¡Qué rico lo haces!
Esperé un poco más para descansar, luego salí de ahí con el culo adolorido, pero feliz de haber vivido una experiencia como esa.
Javier
~~~
Bueno, ahí estuvo el relato de este mes. Fue publicado originalmente en la revista Atracción Para Hombres No. 182 en diciembre del 2007. ¿Alguna vez conocieron esa revista? A mí me encantaba. Era la única que podía conseguir seguidamente y sin interrupciones. Además, contenía buenos relatos como el que les muestro aquí y también buenas imágenes, pero también incluía información interesante sobre muchos aspectos de la vida gay. La verdad sentí muy feo cuando dejó de salir. No hay ninguna publicación que pueda llenar el hueco que dejó en mi vida.
Pero bueno, afortunadamente llegué a recolectar un buen número de estas revistas antes de que dejaran de salir y las poseo como un recuerdo de esa época. Este relato en especial quise compartirlos hoy porque creo que es algo muy excitante, ¿no les parece? A mí me llevaron a vapores un par de ocasiones y la verdad me gustaba mucho hacerlo entre el vapor. Y me excita mucho la idea de que cuando menos lo esperas te llegué la oportunidad de tener sexo. ¿A poco no?
¿Han tenido experiencias así? ¿Por qué no nos las comparten a través de nuestra página de Facebook? Vamos, necesitamos material para compartir con los seguidores y para postear a finales de mes por aquí.
Por cierto, he de decir que aunque fue cansado copiar este relato de la revista a la computadora, la verdad es que la edición no costó nada de trabajo. Solo necesitó de cambios menores, porque el original (si alguna vez pueden verlo o lo vieron) estaba muy bien escrito.
martes, 25 de noviembre de 2014
El camionero y sus 3 chalanes
Okey, para quienes nos sigan en Facebook, ya sabrán que hemos dicho que la publicación a finales de mes se hará con lo que tengamos, porque nuestros seguidores no parecen ser muy constante. Así que si hay relato tendremos relato el 25 de cada mes, y si no lo tenemos tendremos las fotos, y si de plano no hay fotos... Bueno, ya veremos con que nos las arreglamos :)
De momento, en este mes de noviembre sí tenemos relato erótico que nos envió uno de nuestros seguidores. Lo edité un poco, como siempre, aunque si quieren leer la versión original la pueden encontrar en aquí.
Todo comenzó cuando venía de mi casa de Tacubaya. Eran como las 11:30 pm cuando llegué a Indios Verdes. No había nada de gente en todo el paradero, cosa que resultaba rara, pero en fin. Los checadores nos dijeron que venía un camión para las pocas personas que viajábamos en dirección Zumpango.
Efectivamente el camión llegó finalmente hasta casi la 1:15 am. Todos estábamos desesperados, así que subimos al camión inmediatamente y este partió con su destino. Éramos como 8 pasajeros en el camión, además del chófer y sus chalanes; los cuales no pasaban en ningún caso más allá de los 25 años.
Después de un rato de viaje todos los demás pasajeros bajaron en el centro de Tecámac y yo, bueno, yo venía casi hasta atrás del camión viendo videos XXX gay en el celular. En eso uno de los chalanes se fue a acostar un momento hasta los asientos de atrás del camión, es decir, justamente detrás de mí. Yo lo ignoré, pero lamentablemente puse un video con muchos gemidos y gritos, lo cual hizo que el tipo se sentara para asomarse detrás del asiento.
—¿Qué pedo, compa? ¿Viendo videos gay? —me preguntó él.
—Sí, me los pasaron y los venía viendo porque algunos ya los tengo, pero... —comencé a responder yo.
—¿A poco eres puñal? —me interrumpió él.
—Pues sí. ¿Qué no se nota? —inquirí.
—No, wey, te ves machín —comentó él.
—¡Ah, gracias! —contesté.
—¿Y a poco sí muchos videos? —interrogó él
—Sí, tengo cerca de ochocientos y en la computadora tendré unos quinientos —le respondí.
—No mames, wey, estás cabrón. A ver, déjame ver unos, ¿sí? —pidió él.
—Este... yo... bueno. Pero no tengo de hombres y mujeres, solo de hombres —le advertí—. ¿No hay pedo?
—Nel, wey. Enséñalos —fue lo que el chalán dijo mientras se pasaba al asiento al lado del mío.
Le puse el primer video, luego otro y otro, y al ir por el cuarto...
—No mames, compa, ya la tengo bien parada. Mira.
Y dicho eso el wey se sacó una verga como de diecinueve centímetros, gruesa y bien cabezona. Yo solo me quedé viéndola, seguramente con una cara de "no ma... yo quiero", pues sentía un gran deseo por una verga como aquella.
—¿No me la quieres chupar? —preguntó él.
—Pero ¿si se dan cuenta tus compañeros? —interrogué yo.
—Nel, wey, no hay pedo —contestó él—. Es más, si quieres hasta nos la mamas a todos y te cogemos. ¿Te animas?
Bueno, con una propuesta así no era necesario que me rogaran demasiado.
—¡Cámara! —fue mi respuesta—. Pero mejor primero diles, capaz que no quieren.
—Mejor primero mamámela —fue lo que él respondió.
La verdad no había forma de resistirse a una verga como esa, así que se la empecé a mamar inmediatamente. Se la estaba mamando rico cuando él les habló a sus cuates. Yo por pena me iba a incorporar pero él me detuvo para que le siguiera mamando el palo. El chófer había detenido el camión en una lateral, por lo que él y los otros dos chalanes pudieron ir sin problemas hasta atrás.
—¡Cámara, Pinky! —exclamó uno de ellos dándole un zape—. Ya te anda ordeñando el putito y no nos convidas, culero.
—Pues hay boquita y culito pa' todos —dijo el primer chalán con el que estaba, al que evidentemente le decían el Pinky—. ¿Cómo ven, cabrones? ¿Nos lo chingamos?
—¡Cámara! —fue la respuesta de todos.
—Aunque, ¿si va a poder con todos? —preguntó el chófer.
—Si no puedo me madrean por calentarlos y no cumplirles —les respondí con seguridad, pues estaba lo bastante caliente para hacer ese tipo de aseveraciones.
Para que me costara menos trabajo con lo que me esperaba los weyes sacaron mota y poppers. Así que mientras seguía mamándosela a mi chalán todos nos desnudamos. Al contemplar las cosas que les colgaban entre las piernas a todos esos machos me di cuenta que la verga más chica era la del Pinky con sus diecinueve centímetros. Las otras eran de veinte, veintidós y la última, la del chófer, era una tercera pierna: veinticinco centímetros, megagruesa y supercabezona. Al ver todas aquellas pollas me emocioné y me puse a mamárselas en intervalos.
Después de un rato de estar así me dijeron que me empinara para sentir la verga de un macho. Uno de los chalanes fue quien se bajó y me chupó el culo bien rico mientras yo se las mamaba a los otros. Luego de eso el tipo le fumó a la mota y le jaló a los poppers, tras lo cual me dio otros para que yo le diera el jalón.
¡No mamen! Me la dejó ir de madrazo. Grité y me quise zafar por el dolor tan intenso pero los demás me lo impidieron y el chófer me puso a mamársela nuevamente para que dejara de gritar. Del dolor hasta se me bajó la erección, pero luego de que pasó el dolor empecé a gozar a ese rico chacal que me cogía violentamente.
Un rato después, fue hora de que el otro chalán me metiera su verga, para lo cual él se sentó y me puso a darme de sentones en su verga. Era genial estar brincando en los asientos del camión mientras aquella barra de carne se perdía en mi interior.
Finalmente le tocó al chófer y ahí sí lloré. El hombre me puso de patitas al hombro y también me la dejó ir de putazo. Me cogió como media hora hasta que me llenó el tanque con sus líquidos viscosos. Tras eso la cosa se puso más caliente entre todos. Incluso sacaron una cobija, nos bajamos del camión y ya abajo de uno por uno me volvieron a coger como quisieron. Incluso hubo un momento en que dos de ellos me hicieron un dos romano. ¡Fue una experiencia sumamente placentera el sentir aquellas vergas llenándome por completo!
Finalmente, la cereza del pastel fue que los cuatro se la empezaron a chaquetear y cada uno de ellos se vino en mi boca, dejándome mi cavidad oral rebosante de aquellos jugos seminales que lanzaban sus poderosas vergas.
Después de eso vi el reloj y eran las 3 de la madrugada. Como estábamos cerca en el Aurrera de la entrada de mi fraccionamiento me vestí y con el culo adolorido caminé a mi casa, no sin antes quedar con esos cabrones para repetir pronto.
Bueno, este fue el relato que nos envió uno de nuestros seguidores. El chico en cuestión nos contó esta anécdota tras haberles preguntado en Facebook qué les parecería tener sexo en un autobús, pregunta que surgió debido a la publicación de la segunda parte de Viaje en autobús.
Hubo un seguidor en la página que comentó que este relato era poco realista y creíble. ¿Ustedes qué opinan? Ese seguidor argumentaba que no era creíble que todos (chófer y chalanes) estuvieran bien vergones. En lo personal eso no me sorprende, pues como muchos de ustedes sabrán, en el mundo de los relatos eróticos es muy común exagerar las medidas de los miembros de los protagonistas (práctica que no me gusta y por lo tanto no sigo, como muchos se habrán dado cuenta). Digo, no me sorprendería que en realidad las medidas hayan sido menores pero hayan sido aumentadas para aumentar la reacción ante el relato, o que en medio de la calentura nuestro seguidor hubiera tenido esa impresión. Es fácil engañar a la mente.
En lo personal creo que la historia tiene un elemento más increíble. Digo, ¿qué tan fácil es encontrarse a un tipo dispuesto a ver videos gay? Sé que hay hombres que en su machismo no les importa cogerse a un wey siempre y cuando sean ellos los activos, pero me parece increíble encontrar a cuatro que se comporten decentemente. Pero bueno, quiero creer que el que mandó esto tuvo suerte. La verdad es que pensar en una experiencia así hace que me ponga como burro. A mí siempre me ha atraído la idea de hacerlo con el chófer de un camión después de que este se quede vacío (o antes de que se llene, para el caso es lo mismo). La mera neta, si esta historia es verídica, siento envidia de la buena con el tipo que la vivió.
De momento, en este mes de noviembre sí tenemos relato erótico que nos envió uno de nuestros seguidores. Lo edité un poco, como siempre, aunque si quieren leer la versión original la pueden encontrar en aquí.
El camionero y sus 3 chalanes.
Todo comenzó cuando venía de mi casa de Tacubaya. Eran como las 11:30 pm cuando llegué a Indios Verdes. No había nada de gente en todo el paradero, cosa que resultaba rara, pero en fin. Los checadores nos dijeron que venía un camión para las pocas personas que viajábamos en dirección Zumpango.
Efectivamente el camión llegó finalmente hasta casi la 1:15 am. Todos estábamos desesperados, así que subimos al camión inmediatamente y este partió con su destino. Éramos como 8 pasajeros en el camión, además del chófer y sus chalanes; los cuales no pasaban en ningún caso más allá de los 25 años.
Después de un rato de viaje todos los demás pasajeros bajaron en el centro de Tecámac y yo, bueno, yo venía casi hasta atrás del camión viendo videos XXX gay en el celular. En eso uno de los chalanes se fue a acostar un momento hasta los asientos de atrás del camión, es decir, justamente detrás de mí. Yo lo ignoré, pero lamentablemente puse un video con muchos gemidos y gritos, lo cual hizo que el tipo se sentara para asomarse detrás del asiento.
—¿Qué pedo, compa? ¿Viendo videos gay? —me preguntó él.
—Sí, me los pasaron y los venía viendo porque algunos ya los tengo, pero... —comencé a responder yo.
—¿A poco eres puñal? —me interrumpió él.
—Pues sí. ¿Qué no se nota? —inquirí.
—No, wey, te ves machín —comentó él.
—¡Ah, gracias! —contesté.
—¿Y a poco sí muchos videos? —interrogó él
—Sí, tengo cerca de ochocientos y en la computadora tendré unos quinientos —le respondí.
—No mames, wey, estás cabrón. A ver, déjame ver unos, ¿sí? —pidió él.
—Este... yo... bueno. Pero no tengo de hombres y mujeres, solo de hombres —le advertí—. ¿No hay pedo?
—Nel, wey. Enséñalos —fue lo que el chalán dijo mientras se pasaba al asiento al lado del mío.
Le puse el primer video, luego otro y otro, y al ir por el cuarto...
—No mames, compa, ya la tengo bien parada. Mira.
Y dicho eso el wey se sacó una verga como de diecinueve centímetros, gruesa y bien cabezona. Yo solo me quedé viéndola, seguramente con una cara de "no ma... yo quiero", pues sentía un gran deseo por una verga como aquella.
—¿No me la quieres chupar? —preguntó él.
—Pero ¿si se dan cuenta tus compañeros? —interrogué yo.
—Nel, wey, no hay pedo —contestó él—. Es más, si quieres hasta nos la mamas a todos y te cogemos. ¿Te animas?
Bueno, con una propuesta así no era necesario que me rogaran demasiado.
—¡Cámara! —fue mi respuesta—. Pero mejor primero diles, capaz que no quieren.
—Mejor primero mamámela —fue lo que él respondió.
La verdad no había forma de resistirse a una verga como esa, así que se la empecé a mamar inmediatamente. Se la estaba mamando rico cuando él les habló a sus cuates. Yo por pena me iba a incorporar pero él me detuvo para que le siguiera mamando el palo. El chófer había detenido el camión en una lateral, por lo que él y los otros dos chalanes pudieron ir sin problemas hasta atrás.
—¡Cámara, Pinky! —exclamó uno de ellos dándole un zape—. Ya te anda ordeñando el putito y no nos convidas, culero.
—Pues hay boquita y culito pa' todos —dijo el primer chalán con el que estaba, al que evidentemente le decían el Pinky—. ¿Cómo ven, cabrones? ¿Nos lo chingamos?
—¡Cámara! —fue la respuesta de todos.
—Aunque, ¿si va a poder con todos? —preguntó el chófer.
—Si no puedo me madrean por calentarlos y no cumplirles —les respondí con seguridad, pues estaba lo bastante caliente para hacer ese tipo de aseveraciones.
Para que me costara menos trabajo con lo que me esperaba los weyes sacaron mota y poppers. Así que mientras seguía mamándosela a mi chalán todos nos desnudamos. Al contemplar las cosas que les colgaban entre las piernas a todos esos machos me di cuenta que la verga más chica era la del Pinky con sus diecinueve centímetros. Las otras eran de veinte, veintidós y la última, la del chófer, era una tercera pierna: veinticinco centímetros, megagruesa y supercabezona. Al ver todas aquellas pollas me emocioné y me puse a mamárselas en intervalos.
Después de un rato de estar así me dijeron que me empinara para sentir la verga de un macho. Uno de los chalanes fue quien se bajó y me chupó el culo bien rico mientras yo se las mamaba a los otros. Luego de eso el tipo le fumó a la mota y le jaló a los poppers, tras lo cual me dio otros para que yo le diera el jalón.
¡No mamen! Me la dejó ir de madrazo. Grité y me quise zafar por el dolor tan intenso pero los demás me lo impidieron y el chófer me puso a mamársela nuevamente para que dejara de gritar. Del dolor hasta se me bajó la erección, pero luego de que pasó el dolor empecé a gozar a ese rico chacal que me cogía violentamente.
Un rato después, fue hora de que el otro chalán me metiera su verga, para lo cual él se sentó y me puso a darme de sentones en su verga. Era genial estar brincando en los asientos del camión mientras aquella barra de carne se perdía en mi interior.
Finalmente le tocó al chófer y ahí sí lloré. El hombre me puso de patitas al hombro y también me la dejó ir de putazo. Me cogió como media hora hasta que me llenó el tanque con sus líquidos viscosos. Tras eso la cosa se puso más caliente entre todos. Incluso sacaron una cobija, nos bajamos del camión y ya abajo de uno por uno me volvieron a coger como quisieron. Incluso hubo un momento en que dos de ellos me hicieron un dos romano. ¡Fue una experiencia sumamente placentera el sentir aquellas vergas llenándome por completo!
Finalmente, la cereza del pastel fue que los cuatro se la empezaron a chaquetear y cada uno de ellos se vino en mi boca, dejándome mi cavidad oral rebosante de aquellos jugos seminales que lanzaban sus poderosas vergas.
Después de eso vi el reloj y eran las 3 de la madrugada. Como estábamos cerca en el Aurrera de la entrada de mi fraccionamiento me vestí y con el culo adolorido caminé a mi casa, no sin antes quedar con esos cabrones para repetir pronto.
~~~
Bueno, este fue el relato que nos envió uno de nuestros seguidores. El chico en cuestión nos contó esta anécdota tras haberles preguntado en Facebook qué les parecería tener sexo en un autobús, pregunta que surgió debido a la publicación de la segunda parte de Viaje en autobús.
Hubo un seguidor en la página que comentó que este relato era poco realista y creíble. ¿Ustedes qué opinan? Ese seguidor argumentaba que no era creíble que todos (chófer y chalanes) estuvieran bien vergones. En lo personal eso no me sorprende, pues como muchos de ustedes sabrán, en el mundo de los relatos eróticos es muy común exagerar las medidas de los miembros de los protagonistas (práctica que no me gusta y por lo tanto no sigo, como muchos se habrán dado cuenta). Digo, no me sorprendería que en realidad las medidas hayan sido menores pero hayan sido aumentadas para aumentar la reacción ante el relato, o que en medio de la calentura nuestro seguidor hubiera tenido esa impresión. Es fácil engañar a la mente.
En lo personal creo que la historia tiene un elemento más increíble. Digo, ¿qué tan fácil es encontrarse a un tipo dispuesto a ver videos gay? Sé que hay hombres que en su machismo no les importa cogerse a un wey siempre y cuando sean ellos los activos, pero me parece increíble encontrar a cuatro que se comporten decentemente. Pero bueno, quiero creer que el que mandó esto tuvo suerte. La verdad es que pensar en una experiencia así hace que me ponga como burro. A mí siempre me ha atraído la idea de hacerlo con el chófer de un camión después de que este se quede vacío (o antes de que se llene, para el caso es lo mismo). La mera neta, si esta historia es verídica, siento envidia de la buena con el tipo que la vivió.
sábado, 15 de noviembre de 2014
Viaje en autobús 2
Bueno, llegó mediados de mes y es tiempo de deleitarlos con un relato de mi autoría. Y para quien lo recuerde, hace dos meses los dejé con un relato que les dije estaba incompleto. Bien, es hora de conocer lo que le pasó luego de su masturbación a Lisandro en el camión. Para quienes no hayan leído el relato anterior recuerden que lo pueden encontrar aquí mismo en el blog, en el link http://relatos-eroslover.blogspot.mx/2014/09/viaje-en-autobus.html .
Y para quien lo haya leído en septiembre, solo puedo decirles que ojalá disfruten esta segunda parte ;)
Y para quien lo haya leído en septiembre, solo puedo decirles que ojalá disfruten esta segunda parte ;)
Viaje en autobús
(Segunda parte)
Lisandro tomó algo de papel para limpiarse la mano y la polla, después
volvió a subirse el pantalón y tomó su celular para salir del
baño. El ambiente en el resto del autobús seguía tal y como había
estado antes de que entrara al baño. Volvió a su asiento con la
intención de descansar. Quizás después de esa relajante
masturbación podría dormirse del modo en que lo estaba haciendo el
tipo que iba al otro lado del pasillo. Así que Lisandro decidió
reclinar un poco más su asiento, se acomodó y cerró los ojos con
la intención de dormirse lo que quedaba del viaje.
Pero no lo logró. Concentrándose en sus sensaciones se dio cuenta de
que aún seguía caliente. Tenía ganas de masturbarse nuevamente.
¿Cómo era aquello posible? ¡Acababa de venirse ricamente! No era
posible aquello.
Comenzó a acariciarse el bulto de su entrepierna distraídamente
mientras miraba por la ventana. En aquel momento le hubiera encantado
estar en la ciudad, donde podía contactar con alguien mediante
internet y en media hora estar en la casa de alguno de los dos o
algún hotel para coger fuertemente. O quizás en lugar de internet
ir a algún conocido punto de encuentro: unos baños, un cine, un
café internet, esos lugares de “el departamento”... Cualquier
cosa habría estado bien en lugar de solo conformarse con su mano.
Aunque bien pensado no es que su mano tampoco estuviera mal. Era la
única que realmente siempre le tocaba tal como quería, la única
que se la sobaba a la velocidad que deseaba, que acariciaba la parte
de su cuerpo que ansiaba y nunca se contraponía a sus anhelos.
Lisandro negó con la cabeza ante todos aquellos pensamientos. Si
bien eran ciertos aun así sonaban a una locura. Justo cuando su
cabeza se ladeaba, alcanzó a ver algo que se movía al otro lado del
pasillo. Volteó la cabeza totalmente y cual no sería su sorpresa
cuando se dio cuenta de que el tipo que según él iba durmiendo no iba
para nada dormido, sino que más bien se encontraba despierto y no
dejaba de acariciarse también su bulto mientras lo miraba con
interés.
La situación prendió a Lisandro con una rapidez inigualable. Si su
polla se estaba volviendo a poner dura con sus propias caricias, al
ver al otro hombre que viajaba en el autobús hizo más que ello. El
tipo levantó la mirada para encontrar la de Lisandro y una simple
mirada bastó para que ambos se pusieran de acuerdo. El otro dejó su
asiento y se levantó para ocupar el que estaba exactamente al lado
del de Lisandro.
—Alberto —se presentó el otro tipo mientras se sentaba y le estiraba la mano
a Lisandro.
—Lisandro —se presentó a su vez mientras no podía evitar sonreír.
Cuando Alberto se había puesto de pie había resaltado que sus
pantalones ocultaban un buen pedazo de polla, aunque solo de manera
parcial porque resaltaba bastante.
—El viaje va algo aburrido, ¿no? —inquirió Alberto.
—Bueno, podemos solucionarlo —contestó Lisandro dejando que
su mano se posara sobre la pierna del otro.
Alberto lo imitó inmediatamente dejando que su mano masajeara la
pierna de Lisandro a través del pantalón. Dejaron que sus manos
subieran poco a poco, pero antes de que alguna de las dos llegara al
pene de alguno Alberto acercó su rostro al de Lisandro y lo besó.
Aquello sorprendió al hombre, pero se dejó llevar y permitió que
aquellos labios gruesos que ahora se le presentaban recorrieran los
suyos. Ambos labios se comenzaron a mover como si estuvieran
sincronizados mientras las manos alcanzaban su objetivo: el bulto del
otro.
Alberto separó su rostro del de Lisandro, para dedicarle una mirada
apasionada mientras sus dedos se afanaban por desabrochar el pantalón
ajustado que aquel día llevaba. Mientras tanto, los dedos de
Lisandro desabrochaban con habilidad el cinturón de Beto
tranquilamente y sin prisas. Debajo de su pantalón Lisandro llevaba
un bóxer de color rojo encendido mientras que Alberto no llevaba
nada. Asi que mientras Alberto se dedicaba a seguir masajeando el
falo de Lisandro por encima de la ropa, este tuvo la oportunidad
de llegar a tocar inmediatamente el pene de su acompañante, el cual
se encontraba rasurado y como Lisandro lo había pensado tenía una
longitud considerable, al igual que un grosor nada despreciable. Dejó
que sus dedos recorrieran aquella cabeza rosada que estaba totalmente
expuesta para después permitirles bajar por aquel tronco donde las
venas resaltaban y finalmente rodear los grandes testículos que
estaban hasta abajo.
Alberto soltó un enorme suspiro mientras la mano del otro se movía
por su pene. Él decidió no quedarse atrás y, mientras Lisandro
sopesaba sus huevos, metió su mano debajo de aquel bóxer rojo y
comenzó a palpar el falo que se ocultaba debajo. Beto comenzó a
acariciar totalmente el miembro con la palma de su mano mientras su
pulgar se dedicaba a estimular suavemente el glande de este tras
haberlo descapuchado.
—¡Oh sí! —susurró Lisandro para después soltar un leve suspiro de
satisfacción.
Alberto se inclinó y, antes de que Lisandro pudiera decir algo más,
sintió como una cálida boca hacía contacto con su pene mientras la
mano del otro se dirigía hacia la base. Lisandro también se vio
obligado a mover su mano debido a la posición en que quedaron ambos
cuerpos, así que mientras Alberto besaba su glande él regresó la
mano hacia el duro falo de su acompañante en lugar de seguirle
masajeando los testículos. Dejó que su mano subiera y bajara a lo
largo de toda la longitud de aquel buen pedazo de carne mientras
sentía como aquellos labios gruesos atrapaban su glande rodeándolo
y luego comenzaban a deslizarse hacia abajo. Primero Beto solo metió
la cabeza del pene del otro en su boca para después sacarla, pero al
volver a tragar aquella polla metió un poco más de ella entre sus
labios y así sucesivamente, provocando en Lisandro sensaciones de
placer extremo.
Lisandro no aguantaba más y, mientras el camión traqueteaba por la
carretera, aprovechó un ligero salto para levantar las caderas y
penetrar la boca de su acompañante lo más profundamente posible.
Creía que seguramente Alberto se haría para atrás, pero nada de
eso, al contrario, el otro también aprovechó el levantamiento de
caderas del primero para con habilidad jalarle los pantalones y el
bóxer hasta media pierna.
Alberto dejó que sus manos recorrieran aquellas piernas recién
descubiertas durante un momento, pero inmediatamente una de sus manos
se metió entre ellas hasta que consiguió que su índice tropezara
con un agujero que se contrajo ante su contacto. Sin embargo, Beto no
desistió, sino que comenzó a frotar la entrada del recto de
Lisandro mientras seguía chupando su verga. Lisandro no sabía a que
placer atender, si al de su mano en contacto con aquel pedazo de
carne ardiente, al de su falo por el cual se deslizaban los carnosos
labios de su acompañante o al de su ano que estaba siendo suavemente
estimulado por fuera por aquel dedo índice.
Finalmente Lisandro decidió dejarse llevar, solamente disfrutar de
todo lo que pudiera. Alberto consiguió lentamente meter parte de su
dedo en el culo de Lisandro, mientras la mamada que le estaba dando
aumentaba de velocidad. Lisandro comenzó a respirar aceleradamente
mientras sentía que el momento de su clímax llegaba. ¿Qué otra
cosa podía esperar cuando el dedo de Alberto había comenzado a
moverse en su interior, sus propias manos recorrían aquel falo
poderoso y la boca de su acompañante succionaba su polla? Así,
entre todo eso, no le fue extraño llegar al clímax mientras
intentaba contener sus gemidos, aunque no pudo evitarlos del todo
mientras llenaba la boca de Alberto con su dulce néctar. Beto por su
parte no dejó que una sola gota de la eyaculación de Lisandro
escapara de sus labios y la degustó mientras dejaba que su lengua
recorriera aquel tronco que tenía aprisionado entre sus labios.
—¡Sí que sabes como hacerlo! —comentó Lisandro mientras Alberto
lamía la punta del pene.
—Déjame ver tu culo —le pidió Alberto mientras sacaba su dedo del
interior del otro y separaba su boca del pene.
Lisandro no estaba muy seguro de cómo hacer aquello, pero Alberto
metió su cabeza por detrás de la espalda del primero mientras con
las manos lo invitaba primero a recorrerse en el asiento y luego a
levantar ligeramente las caderas hacia atrás. Lisandro se cuidó de
no levantar mucho el tronco, ya que no quería que el chófer por el
retrovisor o cualquier persona que volteara se diera cuenta que
estaba levantado de su asiento y se preguntara por qué.
Mientras tanto, Alberto dejó que su rostro se deslizara a lo largo
de la espalda de Lisandro. A pesar de la playera, el hombre dejo que
sus labios presionaran a lo largo de la columna vertebral del otro,
hasta que llegó donde terminaba la playera y la suave piel de
Lisandro quedaba expuesta dejando sus dos nalgas al aire. Aquellas
nalgas apetitosas, no muy grandes pero tampoco pegadas al hueso, dos
nalgas que tenían una forma perfecta y que estaban separadas por una
raya que escondía un tesoro para Alberto. El hombre dejo que sus
labios recorrieran la posadera que se encontraba más cerca de él en
tanto su nariz se hundía en la separación y aspiraba los aromas que
se escondían ahí.
Por su parte, Lisandro tuvo que agarrarse al asiento de enfrente
cuando Alberto comenzó a besar su trasero. Apretó los labios para
asegurarse de no dejar escapar ningún suspiro mientras sentía que
sus piernas cederían en cualquier momento debido al cosquilleante
placer que le estaban dando los labios de Beto deslizándose sobre su
culo y su nariz acercándose cada vez más a su precioso agujero.
También disfrutó grandemente mientras Alberto lo mordisqueaba
levemente y dejaba que su lengua se acercara cada vez más a la
división entre ambas nalgas, hasta por fin alcanzarlas y empezar a
buscar entre ellas la entrada al interior de Lisandro.
En cuanto la lengua de Alberto hizo contacto con su ano, Lisandro no
pudo evitar soltar un gemido ahogado. Alberto dejó que su lengua
recorriera los bordes del ano de su compañero de viaje mientras él
mismo seguía masturbando su pene, pues no quería que perdiera
dureza para lo que se venía.
El beso negro se extendió por un buen rato. Lisandro disfrutaba
mientras la lengua de Alberto se abría paso dentro de él, mientas
sus labios parecían embonar con los bordes del agujero que llevaba
a su interior, mientras una de sus manos le acariciaba las piernas y
él mismo masajeaba su polla lentamente, la cual se había vuelto a
levantar por tercera vez en la noche con ánimos de proseguir.
—Creo que ya es tiempo —comentó Alberto separándose del
culo de Lisandro.
Este volteó a ver a su acompañante y se dio cuenta que estaba
sacando un condón de una condonera que llevaba. Antes de que
Lisandro pudiera hacer algún movimiento, Alberto se coló detrás de
Lisandro mientras abría el condón para después colocárselo. Tomó
por la cintura a Lisandro, quien se dejó guiar para sentarse sobre
Beto. Su ano presentó un poco de resistencia, pero inspiró
profundamente intentando relajarse. La verdad estaba demasiado
caliente como para negarse a hacer algo como aquello. Así que siguió
respirando mientras sentía como la cabeza del pene de Alberto se
abría paso en su interior, centímetro a centímetro, dejando detrás
un ligero dolor pero una sensación de lleno sumamente placentera.
—Ya está dentro —dijo Alberto cuando Lisandro asentó sus posaderas
sobre las caderas del primero. Lisandro podía sentirlo, pero aún
así hizo que su mano se dirigiera primero hacia sus propios
testículos para después deslizarla hacia abajo y tocar los huevos
de Alberto. Apenas y sentía la base del pene de Alberto, pues
realmente tenía todo dentro.
Alberto dejo que sus brazos rodearan el cuerpo de su compañero por
debajo de la ropa, para después atraerlo hacia sí y besarle la
oreja. Mordió levemente su lóbulo y dejó que su lengua recorriera
todas las líneas de la oreja. No se apresuró a iniciar la
penetración, simplemente disfrutó de como el recto de Lisandro lo
apretaba suavemente, del sabor de su oreja y de su mano
acariciándole suavemente las bolas.
Fue Lisandro quien comenzó los movimientos para dar inicio al mete y
saca. Al principio no sacó el pene de Beto, simplemente comenzó a
hacer movimientos circulares con su cadera. Aquello enloqueció a
Alberto, quien tomó de la cintura a su acompañante para hacerlo
comenzar a subir y bajar de tal manera que su verga comenzó a entrar
y salir del agujero donde se encontraba.
Poco después fue Lisandro quien se encargó de subir y bajar por sí
mismo, mientras que Alberto dejaba que una de sus manos se encargara
de los genitales del primero. Le acarició las bolas mientras
saltaba y luego tomó su pene y lo envolvió con su cálida mano
mientras se las arreglaba para mover sus propias caderas en el
espacio que tenía disponible.
El placer de ambos era impresionante y en búsqueda de algo más
aceleraban cada vez más. Los golpes de las nalgas de Lisandro sobre
las caderas de Alberto se hacían cada vez más audibles, las
penetraciones parecían cada vez más profundas y la mano de Beto se
afanaba jalando la polla de Lisandro. Con la situación así, no fue
extraño que los dos alcanzaran el clímax, en primer lugar Lisandro
y, cuando Alberto sintió que su mano se llenaba con los fluidos que
salían de la verga que sostenía, se excitó aún más y jaló a
Lisandro penetrándolo hasta el fondo mientras vaciaba su leche
dentro de su recto. Los gemidos de ambos fueron inevitables, pero
afortunadamente para ellos los demás pasajeros venían dormidos o
confundieron el sonido con cualquiera de los otros que provenían de
la carretera.
Alberto dejó que su mano subiera por debajo de la playera de
Lisandro, embarrando su abdomen con sus propios jugos. Volvió a
jalarlo hacia él mientras todavía tenía toda la polla dentro y
Lisandro volteó la cabeza para besarse una vez más con el hombre
que le acababa de regalar un momento único. Se quedaron un momento
compenetrados, mientras Alberto lo besaba en la boca, en la oreja o
en el cuello y Lisandro acariciaba los testículos que tenía debajo
y correspondía a los besos. El pene de Alberto ya había perdido
bastante flacidez antes de que se decidiera a sacarlo, empujando
ligeramente a Lisandro hacia arriba, aunque una vez que se hubo
quitado el condón volvió a jalarlo para que se sentara nuevamente
sobre de él, quedando su trasero sobre su pene.
Podrían haberse quedado así todo el viaje, o al menos hasta
volverse a prender, si no hubiera sido porque no venían solos.
Vieron que alguien en la parte del autobús se ponía de pie,
pidiéndole permiso para pasar a su acompañante que venía en el
pasillo, así que rápidamente Lisandro se deslizó al asiento de al
lado mientras se acomodaba el pantalón. Alberto hizo lo propio, y
comenzaron a charlar como si nada mientras el hombre los pasaba por
al lado para dirigirse hacia el baño.
—Eres fantástico, de verdad —le dijo Alberto una vez que el hombre
hubo cerrado la puerta del baño.
—Lo mismo puedo decir —expresó Lisandro mientras acercaba su boca
una vez más a la de su acompañante para besarlo.
Bueno, ahí estuvo el relato de este mes. Creo que el final fue algo brusco, pero no se me ocurre qué más podría haber ocurrido. ¿Ustedes qué piensan?
Este relato es sumamente especial porque lo escribí pensando en un amigo, que sea lo de cada quien, creo que está bastante bueno. El personaje de Lisandro está basado en él. Fue bastante curioso cómo surgió la idea para este relato. En una ocasión él me dijo que debía irse a trabajar a Aguascalientes, y cuando me imaginé el viaje en el camión me vino inmediatamente una escena como esta del relato a la cabeza. Claro que en ese entonces no sabía que la página de marqueze no era visible desde dispositivos móviles, pero me di una pequeña licencia poética en ese entonces :P Además, ahora pueden imaginarse que la página que checaba en la primera parte del relato era justamente este blog (aunque todavía no subo el relato del enfermero).
¿Alberto soy yo? En realidad no. Tengo mucho de voyeur, sí he de ser completamente sincero. A veces cuando un chavo me gusta me excita más la idea de verlo teniendo sexo con alguien más que conmigo. ¿Qué puedo decir? Afortunadamente aún así disfruto cuando la situación se da conmigo :D
~~~
Bueno, ahí estuvo el relato de este mes. Creo que el final fue algo brusco, pero no se me ocurre qué más podría haber ocurrido. ¿Ustedes qué piensan?
Este relato es sumamente especial porque lo escribí pensando en un amigo, que sea lo de cada quien, creo que está bastante bueno. El personaje de Lisandro está basado en él. Fue bastante curioso cómo surgió la idea para este relato. En una ocasión él me dijo que debía irse a trabajar a Aguascalientes, y cuando me imaginé el viaje en el camión me vino inmediatamente una escena como esta del relato a la cabeza. Claro que en ese entonces no sabía que la página de marqueze no era visible desde dispositivos móviles, pero me di una pequeña licencia poética en ese entonces :P Además, ahora pueden imaginarse que la página que checaba en la primera parte del relato era justamente este blog (aunque todavía no subo el relato del enfermero).
¿Alberto soy yo? En realidad no. Tengo mucho de voyeur, sí he de ser completamente sincero. A veces cuando un chavo me gusta me excita más la idea de verlo teniendo sexo con alguien más que conmigo. ¿Qué puedo decir? Afortunadamente aún así disfruto cuando la situación se da conmigo :D
miércoles, 5 de noviembre de 2014
viernes, 31 de octubre de 2014
Disfraces (Especial de Halloween y Día de Muertos)
Bien, ha llegado el Halloween y mañana tendremos el popular Día de Muertos mexicano. Como todo mundo sabrá, es tradición para los niños disfrazarse en estas fechas. Al menos así es para los niños que salen a pedir dulces de casa en casa. Sin embargo, por si tienen alguna fiesta de disfraces a la cual acudir, o si solo tienen ganas de divertirse un rato, aquí les traje una serie de ideas de disfraces para que los tengan en cuenta ;)
+
El traje de policía jamás pasa de moda. Incluso cuando rara vez se utilice completo.
En lo personal prefiero esta versión del policía. Si mi novio me llega así solo le diré: "Arrésteme policía" :3
+
Otro clásico que jamás pasa de moda es el disfraz de diablo. Siempre se puede apelar al pecado de la lujuria para enseñar lo más que se pueda :P
+
Ahora que si están en contra del demonio también hay disfraces inspirados en estilos religiosos. En este modelo en especial no se les vaya a olvidar besar la cruz, ¿eh? :P
Otro disfraz de religioso. Más recatadito de arriba pero deja menos a la imaginación abajo. Habría que combinarlos, ¿no?
+
Ahora tenemos otro disfraz en blanco y negro. Porque ¿quién no quiere ver un mesero de esta manera? Si alguien conoce un lugar donde me atiendan así por favor que pase el dato.
Claro que siempre hay meseros que se deciden a enseñar más. Creo que la bolsita de enfrente sirve para la propina, ¿no?
+
También tenemos al mayordomo sexy... Sé que después de los meseros sexys no luce tanto, pero recordemos que el mayordomo está siempre en casa XD :P
Sin embargo, respeta la dinámica blanco/negro de los disfraces anteriores.
+
Ahora, yendo a otro disfraz clásico está el de bombero. Vamos, ¿quién no ha tenido fantasías con uno de esos hombres que se dedican a combatir incendios? Aunque completo deja mucho que desear en comparación con otros disfraces, la verdad es que ya abierto luce mejor, ¿no?
+
Otro traje que es todo un clásico es el del señor pirata.
Tal vez prefieren el rojo que el dorado :P
+
También todo un clásico. Con ganas cabalgar con este vaquero, ¿no?
+
Ahora que si quieren algo más clásico y viejo pueden decidirse por el traje de gladiador. Es la excusa perfecta para mostrar torso, pues los gladiadores lo hacían :P
¿O se trata de guerreros que iban a la guerra? Con este traje la frase que se me viene a la mente es: "Clávame tu espada" :P
+
Otro clásico que jamás pasa de moda. El Zorro. Además, sino tienen una cara muy agraciada el antifaz ayuda bastante, ¿no? :P
+
Llegamos a la parte favorita de muchos: los superhéroes. Y es que ¿quién no ha fantaseado con esos hombres musculosos que se dedican a salvar al mundo? Claro que le pueden dar un toque sexy como el que se muestra en la imagen. Olvidarse de las mallas siempre ayuda XD
Otro superhéroe de moda es Thor.
Y no se olviden jamás de la clásica pareja de Batman y Robin. Perfecta para ir a esa fiesta en compañía de tu novio, amigo cariñoso o "peor es nada".
+
¿Qué les parece el traje de Tarzán? Yo creo que es perfecto para estar con la pareja, especialmente porque la mano se puede meter muy fácil por debajo del traje, ¿no?
+
También pueden elegir un motivo navideño, aunque les digan que salen un poco de la época. Pero si Jack lo hizo, ¿por qué ustedes no? Sirve de que le llevan regalo escondido en el saco :P
+
Para disfraces sexys también pueden elegir animales. Digo, ¿quién puede decir realmente donde empieza la ropa y donde la piel pintada? Perfecto para despistar a la gente mojigata.
+
Si prefieren un traje un tanto cómico aquí está este. Después de todo hay un refrán: "Dime de que presumes y te diré de que careces".
(No me importaría el tamaño del de abajo, con esa cara le digo que preste el trasero XD)
¿O prefieren el escocés con sorpresa con mensaje más explícito?
¿O tal vez la bananita?
O si ya de plano quieren algo muy explícito siempre pueden disfrazarse de su mejor amigo :P
No importa que usen el traje de esclavo casi a diario, también pueden usarlo en estos días. O si tienen ganas de experimentarlo este día es el pretexto perfecto :)
+
Ahora que si no tienen presupuesto les recomiendo que se disfracen de esta manera. Sirve que le dan de comer después a su pareja :P
(Solo espero que mi novio no se comiera toda la pizza sin invitarme siquiera una rebanada ¬_¬)
+
Bueno, hasta aquí los disfraces reales. Sin embargo, si son fans como yo de Disney les tengo unas imagen para que se inspiren en ellas.
El disfraz de Maléfica es muy popular últimamente. Sin embargo, ¿qué les parecería remodelarlo para darle un aspecto más masculino como el de la imagen? Así creo que no hay forma de resistirse.
Otro villano de Disney muy conocido es Cruella de Vile. ¿Qué les parecería disfrazarse de la versión masculina de esta villana?
U otra villa muy popular es Úrsula. ¿Cómo conseguir el disfraz? Solo necesitan hacer los tentáculos y dejar el torso al descubierto.
+
Ahora que si prefieren a los buenos también hay personajes masculinos inspirados en princesas.
¿Qué les parecería vestirse de indio?
¿O de sirena?
+
Sin ser de Disney este traje está inspirado en uno de los personajes favoritos de la infancia de muchos. ¿Lo reconocen? Apuesto que no cuesta mucho trabajo conseguir los materiales para hacer un disfraz así.
+
Ahora que si van a la fiesta en grupo (sea solo una inocente fiesta de disfraces o algo más hardcore), los teletubbies son una buena opción.
+
Bueno, ahí tenemos todas las ideas de disfraces que se me ocurren a mí. ¿Ustedes tienen otras? ¿Tienen ya listo su disfraz?
*Todas las imágenes presentadas en esta entrada fueron extraídas de diversos sitios web. A excepción de las imágenes de versiones masculinas de personajes de Disney y Bugs Bunny (las cuales fueron hechas por Sakimichan) desconozco la procedencia de ellas. Cualquier queja ponte en contacto conmigo y procederé a dar los respectivos créditos o a retirar el material dependiendo de lo que prefieras.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)