Aquí encontrarán mis relatos eróticos, así como algunos otros que he encontrado por internet y me han fascinado.
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jueves, 25 de diciembre de 2014
Presentando a Rafael Alencar
¡Hola a todos! Espero que estén pasando una estupenda jornada navideña. Y como el que sea Navidad no quiere decir que no trabajemos por aquí, aquí les traigo el contenido de finales de este mes. Me hubiera gustado que fuera un relato o más fotos de nuestros seguidores en Facebook, pero ninguno se animó. U.U Sin embargo, decidí entonces hacerle caso a una recomendación sobre agregar videos al blog, así que hoy por navidad tenemos un video porno que espero que disfruten. Es un video con Rafael Alencar, el cual fue el actor más mencionado cuando hace un mes pregunté en Facebook quién era su actor porno favorito.
He de confesar que yo no conocía a este actor antes de que me lo mencionaran en Facebook. Honestamente, he de decir que no se me hace guapo (honestamente prefiero a su compañero en este video), pero definitivamente lo que sí me gusta de él son las expresiones que pone al tener sexo. Los gestos que hace mientras le está chupando el culo a Matan Shalev son espléndidas. Es la clase de expresiones que me gusta ver en el rostro de mi novio cuando tenemos relaciones. :P Así que sí bien no es mi tipo, he de decir que Rafael se merece un diez por esas caras ;)
lunes, 15 de diciembre de 2014
Bastardo con suerte
¡Hola a todos! Nuevamente llegamos a mediados de mes y es tiempo de publicar otro relato de mi autoría. Y como será el último relato mío del año, he decidido que tenía que seleccionar algo bueno. Aquí se los presentó:
Aquí estuvo el relato de este mes. ¿Les gustó? A mí me gusta mucho. A pesar de ser corto la verdad es que me excita mucho la situación que presenté en él. Lástima que solo sea una fantasía U.U Sin embargo, eso no quita que me prende mucho, así como espero que lo prendan a ustedes.
Si ustedes ubican cuál es la banda de la que hablo (porque está basado en una banda real), por favor, recuerden que fue solo una fantasía. Sí, los chavos están bien guapos, pero aunque conocí a uno de ellos en persona jamás pasó nada. No quiero problemas de acoso o algo por el estilo, ¿okey? :P
Bastardo con
suerte
La fiesta se encontraba bastante prendida. Sin duda alguna la banda
que habían contratado aquel día había resultado una buena
elección. Sabían tocar bastante bien y había que reconocer que los
tres chicos atraían bastante las miradas de las mujeres presentes en
la fiesta, especialmente el bajista y el guitarrista. Ambos eran de
estatura mediana, de piel y cabellos claros y facciones afiladas,
ambos delgados y bastante parecidos. Seguramente eran parientes, ya
que la forma de diferenciarlos realmente era que el guitarrista tenía
el cabello largo, suelto hasta la espalda mientras que el bajista lo
tenía corto y peinado como una mohicana.
—Bien ha llegado el momento de tomarnos un descanso —anunció
uno de los Bastardos, que era
el nombre de la banda.
El público replicó un poco, pero
la verdad es que la mayoría eran conscientes de que la banda se
merecía un descanso. Llevaba casi dos horas tocando sin parar y aún
les faltaba mucho tiempo por delante.
—Voy al baño —anuncié
a mis amigos antes de dejar mi bebida sobre la mesa en la que nos
encontrábamos; algo ligero, solo un poco de vodka con jugo de uva.
Sin embargo, aparentemente todo lo que había tomado ya había
comenzado a recorrer mi organismo, aunque aún no me sentía mal.
Quizás se debiera a que había estado alternando el tomar con el
baile.
Llegué al baño del lugar donde nos
encontrábamos, el cual se hallaba vacío y me dirigí inmediatamente
a los urinarios. Elegí el más lejano, me bajé el cierre y saqué a
mi amiguito para que pudiera desahogarse. Mi orina salió en un
chorro poderoso con el que me puse a jugar intentando apuntar a un
pequeño punto rojo que se encontraba en el urinario. Me pregunté a
quién se le habría ocurrido poner un punto como aquél en ese
lugar. Apostaba que no era el único que se divertía de esa manera.
Quizás eso explicaría porque el baño seguía limpio aunque ya
había varios tipos ebrios en la fiesta.
La puerta del baño se abrió
mientras mi chorro de orín se detenía. Por fin mi vejiga había
quedado liberada. Me dispuse a sacudir a mi pequeño amiguito para
asegurarme de que
ninguna gota de líquido quedaba dentro cuando la persona que había
entrado ocupó el urinario que se encontraba justamente al lado del
mío. Yo me saqué de onda. Había otros cuatro urinarios libres,
¿por qué escoger ése?
Volteé a ver de manera discreta
mientras sacudía mi pene y me di cuenta de
que se trataba del bajista de
los Bastardos, el cual
no se dio cuenta de que lo volteé a ver porque se encontraba muy
entretenido viendo como sacudía mi verga.
Mi pene comenzó a reaccionar
inmediatamente. El chico me parecía atractivo y aparentemente estaba
buscando algo que con mucho gusto podía darle. Cuando mi polla
estuvo semierecta él me volteó a ver directamente a la cara.
—¿Te gusta? —le
pregunté comenzando
a masturbarme propiamente.
—Me encantaría tenerla dentro de
mí —me
respondió con voz varonil estirando
su mano para agarrar mi pene.
Aquello era lo más excitante del
asunto. A pesar de que de cerca podías observar que las facciones
del chico eran bastante delicadas, nadie hubiera dicho que se trataba
de un marica. El chico era machín en su forma de caminar,
comportarse y de hablar.
Comenzó a masturbarme con fuerza.
Normalmente no me gustaba que lo hicieran así, pero ver su pálido
brazo, con la manera en que su mano de piel clara contrastaba con mi
amiguito moreno me resultó hasta cierto punto placentero.
—Ven —me
dijo jalándome
por el pene hacia el inodoro ubicado en el rincón más alejado del
baño—.
Tenemos veinte minutos hasta que tenga que volver a subir a tocar.
Veinte minutos me parecían muy poco
tiempo. Pero lo mejor sería aprovechar la oportunidad. Quizás si le
gustaba lo que le hacía decidiría que nos viéramos después con
más calma.
Apenas entramos al cubículo donde
estaba el inodoro y cerramos la puerta, el bajista se desabrochó el
pantalón y se lo bajó mientras me daba la espalda. Quedé asombrado
con aquel blanco trasero peludito que se mostraba ante mí. Había
soñado muchas veces con encontrar un trasero así. Bueno, en mis
ensoñaciones el tipo solía tener más carne en el lugar (la verdad
el bajista de los Bastardos
no estaba muy nalgón), pero incluso
así se veía increíblemente bien.
—Métemelo —me
dijo el chico mientras se inclinaba un poco.
—Espera, espera —le
respondí
mientras me sentaba sobre el inodoro y ponía mis manos sobre aquel
culo magnífico—.
Tienes un culo demasiado bueno como para desperdiciarlo.
Ahí sentado mi cara quedaba a la
altura precisa para lo que pretendía. Acerqué mi rostro a aquel
culo y lo hundí justamente en la raya que dividía ambas nalgas, mi
nariz rozando aquel pequeño agujero que parecía abrirse hambriento.
El chico bajista soltó un ligero suspiro cuando la punta de mi nariz
hizo contacto con su ano, mientras que yo inhalaba el embriagador
aroma que había entre los pelos que rodeaban aquella parte de su
anatomía.
Usé mi lengua para recorrer toda su
raya, desde detrás de sus testículos, pasando por su delicado
agujero hasta llegar al lugar donde terminaba su columna vertebral.
Mientras tanto, mis manos acariciaban las piernas velludas del
Bastardo, las cuales
estaban en una excelente condición.
Volví con mi lengua a su pequeño
hoyo y comencé a lengüear la zona. El chico comenzó a gemir con
fuerza mientras yo disfrutaba del sabor que tenía. Tenía un sabor
ligeramente salado, seguramente resultado del sudor que se había
acumulado en la zona después de la tocada que había tenido lugar.
Mi lengua pasaba por los bordes de su agujero, el cual se abría
hambriento.
—¡Qué bonito agujero tienes! —le
dije dándole
una suave nalgada.
—Ya métemelo,
por favor —me
rogó con algo de desesperación.
—Te voy a meter, pero otra cosa
—le
contesté
mientras volvía a poner mi rostro contra mi trasero.
Ahora mi lengua no se contentó con
rozar el agujero, sino que se perdió en él. No me costó gran
trabajo meter mi lengua en su interior, ya que el pequeño agujero
del amigo parecía estar entrenado para algo así. Él mismo lo abría
permitiendo el paso de mi lengua para
saborear el lugar, el cual
afortunadamente se encontraba limpio.
Me mantuve un rato así, hasta que
sacié mi propio deseo y consideré que ya había pasado algo de
tiempo. Desafortunadamente teníamos tiempo limitado, me recordé.
Así que saqué mi inseparable condonera, abrí el condón con
cuidado y lo coloqué sobre mi pene mientras me acomodaba detrás del
Bastardo.
—¿Listo? —le
pregunté colocando
la cabeza de mi pene en la entrada de su ano.
Por toda respuesta él hizo un
movimiento hacia atrás, con lo cual su ano hambriento se tragó mi
pene. La sensación era indescriptible, ya que era como si estuviera
metiendo mi pene a toda velocidad en aquel agujero, además de que
era superexcitante observar como aquel trasero blanco se acercaba a
una buena velocidad a mí, hasta chocar contra mis caderas.
—¡Oh, qué bien! —exclamó
él aparentemente
satisfecho al tener su agujero lleno de mi polla.
Me dio un ligero apretón con los
músculos de su recto, con lo cual me sentí increíblemente bien.
Además, comenzó a mover suavemente sus caderas dándome un masaje
excelente.
—¿Te gusta? —me
preguntó con voz provocativa.
—Te voy a dar como nadie te ha
dado —le
dije mientras agarraba su cabello y obligaba a su cabeza a recargarse
contra el muro.
En esa posición su trasero quedó
más paradito, con lo cual la vista resultó insuperable. Empecé a
mover mis caderas hacia adelante y hacia atrás, con lo cual mi pene
comenzó a salir y a entrar de manera intermitente en su culito. El
Bastardo solo se quejaba suavemente, daba gemidos que me daban a
entender que le encantaba tener una buena verga dentro de su recto.
La velocidad de mi mete y saca fue
aumentando mientras le metía una mano debajo a mi compañero en
aquellos momentos. Tomé su pito entre mis manos y lo tenía
totalmente duro. Tenía un buen tamaño, de aproximadamente
diecisiete centímetros.
—Con este pedazo de carne la
harías muy bien de activo —le
dije al oído repegando todo mi cuerpo contra él pero sin dejar de
meterle y sacarle mi pene.
—Prefiero sentir el culo lleno con
el pedazo de otros —me
contestó con aquella voz varonil mientras ladeaba la cabeza para que
ambos nos besáramos.
Era algo complicado, pero
conseguimos que nuestras lenguas comenzaran a luchar la una contra la
otra, acariciándose salvajemente en un juego que a ambos nos
gustaba. Comencé a masturbarlo con fuerza, apretando entre mis dedos
su tronco y su glande, recorriendo su prepucio hacia atrás y hacia
delante con un dedo mientras el grueso de mi mano masajeaba todo su
tronco. Estuvimos así un rato, pero todo lo bueno tiene que acabar
en algún momento.
—¡No ma, me vengo, me vengo!
—exclamó
él mientras apretaba los ojos y no solo eso.
Empecé a darle más duro cuando
dijo eso. La
verdad es que su ano contrayéndose por los espasmos de su orgasmo
mientras le metía y sacaba el pito me dieron el mayor placer que
había experimentado en la vida. Me vine poco después de que él
sacara sus chorros de esperma, los cuales en su mayoría fueron a
chocar con fuerza contra la pared, aunque algunas gotas se
escurrieron por su pene y de ahí a mi mano.
Me recargué un poco sobre él
dejándole mi pene dentro un pequeño momento. Me encantaba el tacto
de su piel, al igual que su olor. Además, también era increíble la
textura de su pene mientras iba perdiendo fuerza poco a poco. No pude
evitar apretárselo mientras iba perdiendo la erección.
—¡Fue fantástico! —le
dije besándole
el cuello.
—Genial —coincidió
él—.
Es una lástima que tenga que ir a tocar y no podamos darnos la
segunda ronda.
—¿Habrá otro descanso, no? —le
dije yo comenzando
a sacarle mi pene con cuidado de su culito. Además, la simple visión
de mi herramienta saliendo de aquel culito blanco y peludito era
digna de contemplarse.
—Supongo que tienes razón
—coincidió
él mientras se daba la vuelta y me besaba.
Definitivamente no podría aguantar
a que el siguiente descanso de la banda llegara.
~~~
Aquí estuvo el relato de este mes. ¿Les gustó? A mí me gusta mucho. A pesar de ser corto la verdad es que me excita mucho la situación que presenté en él. Lástima que solo sea una fantasía U.U Sin embargo, eso no quita que me prende mucho, así como espero que lo prendan a ustedes.
Si ustedes ubican cuál es la banda de la que hablo (porque está basado en una banda real), por favor, recuerden que fue solo una fantasía. Sí, los chavos están bien guapos, pero aunque conocí a uno de ellos en persona jamás pasó nada. No quiero problemas de acoso o algo por el estilo, ¿okey? :P
viernes, 5 de diciembre de 2014
Mi primera vez en el vapor.
5 de diciembre y como cada mes iniciamos con un relato ajeno. Espero les guste, porque a mí me gustó mucho la primera vez que lo leí hace años.
Esto que les voy a contar sucedió hace algún tiempo. Había ido a la ciudad de México a arreglar un asunto, cosa que hice rápidamente, así que me quedaba mucho tiempo antes de regresar a mi lugar de origen. Ese tiempo lo aproveché para visitar algunos centros de interés cultural.
Después de algunas horas de andar de aquí para allá mi cuerpo me pedía a gritos un momento de reposo, así que me dirigí a un parque para poder descansar un rato. Cuando al intentar cruzar la calle me percaté de que del otro lado se encontraban unos baños públicos con servicio de vapor me dirigí hacia allá sin pensarlo mucho. Al entrar me atendieron un señor entrado en años y un muchacho alto, delgado, como de 25 años. Muy amablemente me preguntaron qué servicio deseaba y yo solicité un privado. En seguida me cobraron. Entonces el muchacho se ofreció a acompañarme al privado que me asignaron.
En el trayecto me preguntó si deseaba algo de tomar, a lo cual asentí con la cabeza y le pedí que me trajera una cerveza bien fría. Llegamos al lugar y me abrió la puerta diciéndome "en seguida le traigo su cerveza". Me metí al privado, me quité la ropa y solo me enredé una toalla en la cintura. Al centro del privado se encontraba una plancha de concreto, la cual supuse que se utilizaba para que los clientes descansaran.
Estaba colocando mis pertenencias en un pequeño locker cuando tocaron a la puerta, abrí y ahí estaa aquel muchacho con mi cerveza. La tomé y antes de que me volviera él me dijo:
—¿Quieres que te dé un masaje?
Yo un poco titubeante le respondí que no, pero él insistió diciéndome que el masaje era gratis. Ante tal oferta no pude negarme y acepté. Entonces se acercó a mí diciéndome:
No cierres por dentro, nada más voy por algunas cosas y regreso. Mientras ponte cómodo, ahorita vuelvo.
Tranquilamente me tomé mi cerveza y me recosté sobre la plancha para descansar un poco. Minutos después abrieron la puerta y cerraron por dentro. Yo me levanté y mi sorpresa fue que no solamente era él, sino que venía acompañado por otro muchacho de su misma edad. En ese momento me dijo:
—No te preocupes, es un compañero y viene para ayudarme.
Se presentaron, el chico que me atendió dijo llamarse Juan y su acompañante Arturo, que la verdad sea dicha era muy atractivo. Juan me dijo:
—Nos vamos a poner cómodos.
Y acto seguido empezaron a quitarse la ropa hasta quedar solo en calzoncillos. De esa forma pude admirar sus bien formados cuerpos y unos enormes paquetes debajo de sus calzoncillos. Me pidieron que me recostara boca abajo sobre la plancha para que me dieran un rico masaje. Juan se paró a la altura de mi cintura mientras Arturo lo hacía donde se encontraba mi cabeza y comenzaron, Juan masajeándome la espalda y mi cintura mientras Arturo lo hacía con mi cabeza, cuello y hombros. Eran unos expertos, ya que tocaban partes muy sensibles y esto me calentó muchísimo al grado de tener una erección por la posición en que estaba.
Solo podía ver un poco a Juan y noté que su verga había crecido: parecía una fiera queriendo salir de su prisión. Intencionalmente moví mi mano derecha y alcancé a tocar ese enorme bulto que para entonces estaba completamente duro. Como pude bajé un poco el calzoncillo y saltó una enorme tranca como de dieciocho centímetros, grande y cabezona, la cual tomé con mi mano y empecé a acariciar desde el glande hasta los huevos. Entonces Juan de un tirón retiró la toalla que me cubría y empezó a acariciarme las nalgas y pasando sus dedos por mi rayita buscaba la entrada de mi culo. Mientras tanto, Arturo había dejado de masajear mi cuello, lo cual me extrañó y al volver la cabeza no pude creer lo que estaba viendo. Arturo se había bajado los calzoncillos y junto a mi cara estaba una enorme pinga que realmente rebasaba los veinte centímetros, gruesa y cabezona. Con la otra mano agarré aquel pedazo de carne y con un pequeño movimiento hice que Arturo se acercara un poco más. Cuando la tuve a mi alcance no pude resistir y comencé a besar su enorme glande. Entonces Arturo me dijo:
—¡Cómetela, pinche putito!
Abrí la boca lo más que pude y él trató de metérmela, pero solo pudo entrar una parte por lo grande y gruesa que la tenía. Juan hurgaba entre mis nalgas buscando mi hoyito y metiendo uno de sus enormes dedos en mi culo, lo cual me causó un gran dolor. Quise gritar pero la verga de Arturo en mi boca me lo impedía. Así estuvo unos momentos y luego fueron dos dedos los que Juan tenía dentro de mí. Metia y sacaba sus dedos hasta que mi esfínter quedó dilatado. Entonces pararon para acomodarse de tal manera que Juan pudiera ensartarme con su enorme lanza mientras yo le proporcionaba a Arturo una rica mamada.
De pronto sentí cómo Juan lubricaba con saliva mi ano y al momento sentí algo duro a la entrada de mi cueva y lentamente Juan fue embistiendo hasta alojar la cabeza de su pito dentro de mí. Sentí que me partía en dos y quise zafarme, pero Juan se aferró de mí fuertemente. El dolor era tan inmenso que hasta unas lágrimas rodaron por mis mejillas. Quería gritar pero la verga de Arturo en mi boca me lo impedía.
Cuando mi esfínter se acomodó a esa enorme cabeza, Juan dio una embestida más fuerte hasta alojar toda su barra candente dentro de mí. Sentí cómo empezó a bombear lentamente. El dolor iba desapareciendo poco a poco hasta convertirse en un inmenso placer, ese placer de tener dos ricos caramelos dentro de mí. Juan aceleró sus movimientos y supe que eso indicaba que pronto terminaría. Así fue, descargó dentro de mí torrentes de leche caliente que quemaban mis entrañas al tiempo que Arturo llenaba mi garganta de rica leche, la cual tragué hasta la última gota mientras yo también me venía a chorros sin siquiera tocarme.
Luego cambiaron de posición. Arturo quiso que lo cabalgara y Juan que se la mamara. Así estuvimos, yo cabalgando a Arturo y mamándosela a Juan, hasta que terminaron nuevamente.
Después de bañarnos se despidieron con una gran sonrisa y diciendo:
—¡Qué rico lo haces!
Esperé un poco más para descansar, luego salí de ahí con el culo adolorido, pero feliz de haber vivido una experiencia como esa.
Bueno, ahí estuvo el relato de este mes. Fue publicado originalmente en la revista Atracción Para Hombres No. 182 en diciembre del 2007. ¿Alguna vez conocieron esa revista? A mí me encantaba. Era la única que podía conseguir seguidamente y sin interrupciones. Además, contenía buenos relatos como el que les muestro aquí y también buenas imágenes, pero también incluía información interesante sobre muchos aspectos de la vida gay. La verdad sentí muy feo cuando dejó de salir. No hay ninguna publicación que pueda llenar el hueco que dejó en mi vida.
Pero bueno, afortunadamente llegué a recolectar un buen número de estas revistas antes de que dejaran de salir y las poseo como un recuerdo de esa época. Este relato en especial quise compartirlos hoy porque creo que es algo muy excitante, ¿no les parece? A mí me llevaron a vapores un par de ocasiones y la verdad me gustaba mucho hacerlo entre el vapor. Y me excita mucho la idea de que cuando menos lo esperas te llegué la oportunidad de tener sexo. ¿A poco no?
¿Han tenido experiencias así? ¿Por qué no nos las comparten a través de nuestra página de Facebook? Vamos, necesitamos material para compartir con los seguidores y para postear a finales de mes por aquí.
Por cierto, he de decir que aunque fue cansado copiar este relato de la revista a la computadora, la verdad es que la edición no costó nada de trabajo. Solo necesitó de cambios menores, porque el original (si alguna vez pueden verlo o lo vieron) estaba muy bien escrito.
Mi primera vez en el vapor.
Esto que les voy a contar sucedió hace algún tiempo. Había ido a la ciudad de México a arreglar un asunto, cosa que hice rápidamente, así que me quedaba mucho tiempo antes de regresar a mi lugar de origen. Ese tiempo lo aproveché para visitar algunos centros de interés cultural.
Después de algunas horas de andar de aquí para allá mi cuerpo me pedía a gritos un momento de reposo, así que me dirigí a un parque para poder descansar un rato. Cuando al intentar cruzar la calle me percaté de que del otro lado se encontraban unos baños públicos con servicio de vapor me dirigí hacia allá sin pensarlo mucho. Al entrar me atendieron un señor entrado en años y un muchacho alto, delgado, como de 25 años. Muy amablemente me preguntaron qué servicio deseaba y yo solicité un privado. En seguida me cobraron. Entonces el muchacho se ofreció a acompañarme al privado que me asignaron.
En el trayecto me preguntó si deseaba algo de tomar, a lo cual asentí con la cabeza y le pedí que me trajera una cerveza bien fría. Llegamos al lugar y me abrió la puerta diciéndome "en seguida le traigo su cerveza". Me metí al privado, me quité la ropa y solo me enredé una toalla en la cintura. Al centro del privado se encontraba una plancha de concreto, la cual supuse que se utilizaba para que los clientes descansaran.
Estaba colocando mis pertenencias en un pequeño locker cuando tocaron a la puerta, abrí y ahí estaa aquel muchacho con mi cerveza. La tomé y antes de que me volviera él me dijo:
—¿Quieres que te dé un masaje?
Yo un poco titubeante le respondí que no, pero él insistió diciéndome que el masaje era gratis. Ante tal oferta no pude negarme y acepté. Entonces se acercó a mí diciéndome:
No cierres por dentro, nada más voy por algunas cosas y regreso. Mientras ponte cómodo, ahorita vuelvo.
Tranquilamente me tomé mi cerveza y me recosté sobre la plancha para descansar un poco. Minutos después abrieron la puerta y cerraron por dentro. Yo me levanté y mi sorpresa fue que no solamente era él, sino que venía acompañado por otro muchacho de su misma edad. En ese momento me dijo:
—No te preocupes, es un compañero y viene para ayudarme.
Se presentaron, el chico que me atendió dijo llamarse Juan y su acompañante Arturo, que la verdad sea dicha era muy atractivo. Juan me dijo:
—Nos vamos a poner cómodos.
Y acto seguido empezaron a quitarse la ropa hasta quedar solo en calzoncillos. De esa forma pude admirar sus bien formados cuerpos y unos enormes paquetes debajo de sus calzoncillos. Me pidieron que me recostara boca abajo sobre la plancha para que me dieran un rico masaje. Juan se paró a la altura de mi cintura mientras Arturo lo hacía donde se encontraba mi cabeza y comenzaron, Juan masajeándome la espalda y mi cintura mientras Arturo lo hacía con mi cabeza, cuello y hombros. Eran unos expertos, ya que tocaban partes muy sensibles y esto me calentó muchísimo al grado de tener una erección por la posición en que estaba.
Solo podía ver un poco a Juan y noté que su verga había crecido: parecía una fiera queriendo salir de su prisión. Intencionalmente moví mi mano derecha y alcancé a tocar ese enorme bulto que para entonces estaba completamente duro. Como pude bajé un poco el calzoncillo y saltó una enorme tranca como de dieciocho centímetros, grande y cabezona, la cual tomé con mi mano y empecé a acariciar desde el glande hasta los huevos. Entonces Juan de un tirón retiró la toalla que me cubría y empezó a acariciarme las nalgas y pasando sus dedos por mi rayita buscaba la entrada de mi culo. Mientras tanto, Arturo había dejado de masajear mi cuello, lo cual me extrañó y al volver la cabeza no pude creer lo que estaba viendo. Arturo se había bajado los calzoncillos y junto a mi cara estaba una enorme pinga que realmente rebasaba los veinte centímetros, gruesa y cabezona. Con la otra mano agarré aquel pedazo de carne y con un pequeño movimiento hice que Arturo se acercara un poco más. Cuando la tuve a mi alcance no pude resistir y comencé a besar su enorme glande. Entonces Arturo me dijo:
—¡Cómetela, pinche putito!
Abrí la boca lo más que pude y él trató de metérmela, pero solo pudo entrar una parte por lo grande y gruesa que la tenía. Juan hurgaba entre mis nalgas buscando mi hoyito y metiendo uno de sus enormes dedos en mi culo, lo cual me causó un gran dolor. Quise gritar pero la verga de Arturo en mi boca me lo impedía. Así estuvo unos momentos y luego fueron dos dedos los que Juan tenía dentro de mí. Metia y sacaba sus dedos hasta que mi esfínter quedó dilatado. Entonces pararon para acomodarse de tal manera que Juan pudiera ensartarme con su enorme lanza mientras yo le proporcionaba a Arturo una rica mamada.
De pronto sentí cómo Juan lubricaba con saliva mi ano y al momento sentí algo duro a la entrada de mi cueva y lentamente Juan fue embistiendo hasta alojar la cabeza de su pito dentro de mí. Sentí que me partía en dos y quise zafarme, pero Juan se aferró de mí fuertemente. El dolor era tan inmenso que hasta unas lágrimas rodaron por mis mejillas. Quería gritar pero la verga de Arturo en mi boca me lo impedía.
Cuando mi esfínter se acomodó a esa enorme cabeza, Juan dio una embestida más fuerte hasta alojar toda su barra candente dentro de mí. Sentí cómo empezó a bombear lentamente. El dolor iba desapareciendo poco a poco hasta convertirse en un inmenso placer, ese placer de tener dos ricos caramelos dentro de mí. Juan aceleró sus movimientos y supe que eso indicaba que pronto terminaría. Así fue, descargó dentro de mí torrentes de leche caliente que quemaban mis entrañas al tiempo que Arturo llenaba mi garganta de rica leche, la cual tragué hasta la última gota mientras yo también me venía a chorros sin siquiera tocarme.
Luego cambiaron de posición. Arturo quiso que lo cabalgara y Juan que se la mamara. Así estuvimos, yo cabalgando a Arturo y mamándosela a Juan, hasta que terminaron nuevamente.
Después de bañarnos se despidieron con una gran sonrisa y diciendo:
—¡Qué rico lo haces!
Esperé un poco más para descansar, luego salí de ahí con el culo adolorido, pero feliz de haber vivido una experiencia como esa.
Javier
~~~
Bueno, ahí estuvo el relato de este mes. Fue publicado originalmente en la revista Atracción Para Hombres No. 182 en diciembre del 2007. ¿Alguna vez conocieron esa revista? A mí me encantaba. Era la única que podía conseguir seguidamente y sin interrupciones. Además, contenía buenos relatos como el que les muestro aquí y también buenas imágenes, pero también incluía información interesante sobre muchos aspectos de la vida gay. La verdad sentí muy feo cuando dejó de salir. No hay ninguna publicación que pueda llenar el hueco que dejó en mi vida.
Pero bueno, afortunadamente llegué a recolectar un buen número de estas revistas antes de que dejaran de salir y las poseo como un recuerdo de esa época. Este relato en especial quise compartirlos hoy porque creo que es algo muy excitante, ¿no les parece? A mí me llevaron a vapores un par de ocasiones y la verdad me gustaba mucho hacerlo entre el vapor. Y me excita mucho la idea de que cuando menos lo esperas te llegué la oportunidad de tener sexo. ¿A poco no?
¿Han tenido experiencias así? ¿Por qué no nos las comparten a través de nuestra página de Facebook? Vamos, necesitamos material para compartir con los seguidores y para postear a finales de mes por aquí.
Por cierto, he de decir que aunque fue cansado copiar este relato de la revista a la computadora, la verdad es que la edición no costó nada de trabajo. Solo necesitó de cambios menores, porque el original (si alguna vez pueden verlo o lo vieron) estaba muy bien escrito.
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